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En el contexto moderno de las organizaciones, cualquiera que sea el sector donde se aplique, la gestión del talento humano se comprende como el conjunto de procesos de recursos humanos integrados que están diseñados para los colaboradores y servidores de estas instituciones. La experiencia me ha llevado a expresar con claridad que las personas son el valor más importante de cualquier organización, por la clara convicción que expresan en su hacer sobre la misión y los principios de esta. Así desarrollan y proyectan el sueño anhelado y logran el impacto que se espera. Por tal motivo, desarrollar el capital humano, con estrategias de gestión, es la tarea más importante que tiene la dirección de talento humano.
Pensando en los beneficios de la gestión de talento humano, el más importante es la gestión de las personas porque este contribuye con la mejora del bienestar laboral (la salud organizacional), fortalece el “employee engagement” al mismo tiempo que refuerza la imagen y “employer branding” de la institución. Todo esto, resultando en el mediano y largo plazo, en una mayor capacidad de atraer y retener talento. Personalmente siento que las Instituciones de Educación Superior (IES) están en un momento de su historia reciente donde cada uno sus servidores-colaboradores deben tener los puntos claros a desarrollar como elementos de agregación de valor para la consecución de los objetivo de desempeño y, por ende, de la misión de la institución y viceversa. Para que esto se pueda alcanzar, es necesario establecer las metas y objetivos en conjunto. En este sentido se trata de experimentar como equipo, con la orientación de los lideres y de la gobernanza de la institución, todo lo que se requiere para alcanzar el logro de la misión. Por ello, es muy importante crear confianza entre los servidores y colaboradores, potencializar sus competencias y habilidades para que se agregue valor. La confianza es clave en la administración moderna dado que ella potencializa la creatividad e innovación de las realizaciones de los colaboradores. Si ofrecemos la confianza necesaria para formar parte de la toma de decisiones, aumentará el nivel de responsabilidad y, por ende, de productividad. El escenario laboral será siempre liberador aunque se rete todos los días a un desempeño de excelencia. Para ello, las condiciones laborales deberán ser optimas, desde lo que significa el salario emocional y el objetivo de cada mensualidad que se recibe. Todas las condiciones son necesarias para llevar a cabo las tareas que corresponden en el marco de un perfil y de una posición que se tiene al interior de la institución. Para alcanzar este aspecto, es importante que la estrategia de comunicación entre líderes y equipo y viceversa sea siempre oportuna, clara, asertiva y firme.
La salud mental equilibrada también es clave en la gestión del talento humano. De allí que adquiera mucha importancia la estrategia de bienestar institucional para que se genere una salud organizacional positiva. Entre más optimismo exista en el clima organizacional, más ganas de trabajar y alcanzar los objetivos estratégicos se dará. Por esta razón, el reconocimiento también es importante para los colaboradores, dado que es una forma de identificar y motivar a las personas y equipos que intervienen en el proyecto institucional.
Las personas contribuyen a través de sus comportamientos y acciones a la consecución del éxito de la organización en su misión e impacto; valorémoslas siempre.