.
Analistas 29/06/2024

Más allá del deber…

P. Harold Castilla Devoz
Rector General de Uniminuto

El asunto de la educación se puede comprender de modo general como algo que hace mucho bien al ser humano y a la sociedad en su conjunto, pero también de una forma particular, en lo concerniente al nivel superior, que nos permite afirmar que nunca estará finalizado el propósito o la misión de las Instituciones de Educación Superior (IES) en la gestión de la educación. Nunca el deber estará cumplido, aunque se llegue al cien por cien de las tareas que en este caso pasan por las funciones sustantivas propias de la naturaleza de la educación superior. A esto último lo llaman los expertos la permanente autorregulación. Considero que siempre es necesario retarnos a mejorar y a estar insatisfechos.

Entre los deberes de las IES hoy se entrelazan los tradicionales y los nuevos en el marco de la generación y transferencia del conocimiento con una docencia de calidad. Asegurar la formación integral de nuestros estudiantes con competencias renovadas en marcos de ética e integridad; promover la responsabilidad social y el compromiso comunitario creando verdaderos ciudadanos del mundo en todos los grupos sociales, promover la igualdad de oportunidades y la inclusión, entre otros. También hay que provocar una vinculación cada vez más estrecha con el entorno socioeconómico y cultural, fomentar el espíritu emprendedor, transferir conocimiento y tecnología. Existe un deber de liderazgo en el debate público y político, nacional e internacional, aportando perspectivas académicas basadas en la evidencia a la agenda pública. Hoy más que nunca debemos comprometernos en temas de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente a través de una educación-acción ambiental y una investigación-acción en sostenibilidad. La innovación, tanto pedagógica como tecnológica, entra también en este listado de deberes obvios de la educación superior.

Según una investigación reciente sobre empleabilidad el 57% (Banco Mundial) de los que se gradúan no consiguen encontrar un trabajo a tiempo completo en su especialidad. Al mismo tiempo, 54% de los empleadores dicen que no pueden encontrar candidatos con las habilidades adecuadas. Eso efectivamente plantea la pregunta de cómo deberían nuestras instituciones resolver la desconexión entre lo que los estudiantes están aprendiendo y las necesidades del mundo del trabajo y del emprendimiento. Sin embargo es real que las nuevas generaciones de estudiantes cambiarán varias veces de trabajo, y que la mayoría de los trabajos en los que se desenvolverán no son conocidos todavía hoy. En consecuencia, más que preparar a oficios precisos, la educación universitaria debe preparar al “aprender a aprender” a lo largo de la vida, para que cada uno sea más adaptable rápidamente, y encuentre su felicidad y proyecto de vida en estos mares de incertidumbres. Lo anterior plantea unos retos mayores a las IES, es decir , unos deberes nuevos como por ejemplo la revisión de la pertinencia de su portafolio de programas y oferta académica, la adecuación de sus currículos a las necesidades del sector real y de los territorios, la construcción de credenciales de cualificación que evolucionan en tiempo real, entre otros.

Es importante que las IES acerquen a los actores de la sociedad no solamente a los diseños de productos de formación sino a los espacios formativos en sí mismos, a través de la consolidación de espacios de prácticas e inmersiones profesionales, el fomento a una cultura emprendedora, el desarrollo de programas de empresarios en el aula, la co-construcción con los empleadores y gremios de los currículos y planes de estudio de los programas, con unos estímulos públicos hoy inexistentes en Colombia.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA