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Analistas 17/08/2015

Una fuga a la derecha en gran bretaña

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Primero, es realmente importante entender que las políticas de austeridad del gobierno actual no son la única respuesta responsable a la crisis fiscal del país, como lo muestra gran parte de la prensa británica. No hay ninguna crisis fiscal, excepto en la imaginación de la Gente Muy Seria de Gran Bretaña. Las políticas del gobierno tuvieron grandes costos, y la mejora económica que experimentó Gran Bretaña cuando se puso pausa a la estrechez fiscal no justifica esos costos. De hecho, toda la ideología austeritaria se basa en economía de fantasía; los anti austeritarios son los que están basando sus puntos de vista en la teoría macroeconómica moderna y en la mejor evidencia.

Sin embargo, con excepción del Sr. Corbyn (un miembro del Parlamento que representa a Islington Norte) todos los contendientes para el liderazgo del Partido del Trabajo han optado por aceptar de lleno la ideología austeritaria, incluyendo las falsas afirmaciones de que el Partido del Trabajo fue fiscalmente irresponsable y que esta irresponsabilidad provocó la crisis. Tal como dice Simon Wren Lewis, un economista de Oxford, cuando los partidarios del Partido del Trabajo rechazan esta medida no se están “moviendo a la izquierda”, se están negando a seguir a una élite del partido que ha decidido moverse drásticamente a la derecha.

Lo que ha estado pasando dentro del Partido del Trabajo me recuerda a lo que pasó en Estados Unidos dentro del Partido Demócrata durante la administración de Reagan y otra vez durante cierto tiempo bajo el gobierno del Presidente George W. Bush: muchos de los principales demócratas cayeron en lo que Josh Marshall, de Talking Points Memo, solía llamar “la vergüenza”; básicamente, aceptar la visión mundial de la derecha, pero intentar ganar una elección siendo un poco más moderados. Durante los años de Reagan había una caricatura que, según recuerdo, mostraba a los demócratas exponiendo su plataforma: gran gasto militar, recortes fiscales para los ricos, recortes en los beneficios para los pobres. “¿Pero eso en qué los diferencia de los republicanos?”, decía el texto. “La compasión. Nos preocupan las víctimas de nuestras políticas”.

No entiendo por completo el aparente colapso moral del Nuevo Laborismo luego de unas elecciones que, si analizamos los números, de hecho no fueron un respaldo abrumador para los Tories. ¿Pero realmente debería sorprendernos que muchos partidarios del Partido del Trabajo todavía crean en lo que el partido solía defender y que no estén dispuestos a apoyar al “comité de la vergüenza” en su fuga a la derecha?

El auge de Jeremy Corbyn

El Partido del Trabajo de Gran Bretaña ha llamado a votación para nuevo liderazgo, y a muchos observadores les ha sorprendido el apoyo público a Jeremy Corbyn, un miembro del partido de ala izquierda.

Después de su derrota en las elecciones generales de principios de año, algunos legisladores del liderazgo del Partido del Trabajo han planteado que perdieron porque no pudieron convencer creíblemente a los votantes que el partido efectivamente implementaría medidas de austeridad y reduciría el déficit de la nación. Pero el Sr. Corbyn, un miembro del Parlamento representante de Islington Norte, ha contendido esa noción, y de hecho apoya el fin total de las políticas de austeridad de Gran Bretaña.

Las posturas del Sr. Corbyn, junto con sus propuestas de política, son consideradas radicales por gran parte de los medios británicos, pero sus defensores señalan que sus puntos de vista reflejan los de muchos votantes de las filas del partido.

Los comentaristas también han señalado que las perspectivas de ala izquierda del Sr. Corbyn fueron relativamente comunes entre los políticos del partido hasta su giro a la derecha bajo el gobierno del Premier Tony Blair, a finales de la década de 1990. Algunos críticos del actual Partido del Trabajo han sugerido que el stablishment ha condescendido con la narrativa del Partido Conservador respecto a la crisis económica de Gran Bretaña, que sugiere que el gasto del gobierno previo, y no las decisiones arriesgadas de los bancos, fue responsable de la caída.

El Sr. Corbyn, en contraste, ha mantenido el foco sobre los bancos y contra la austeridad. “El Partido del Trabajo debe liderar el debate económico y confiar en ofrecer una alternativa clara y coherente para la perniciosa agenda de austeridad de los Tories”, dijo el 5 de agosto al periódico The Independent. “Al aceptar la narrativa económica fijada por los conservadores, el Partido del Trabajo entregó su propia credibilidad económica”, afirmó.

Refiriéndose al Sr. Corbyn y a sus partidarios, Seumas Milne, un columnista de The Guardian, sostuvo recientemente que “son claros los paralelos con los movimientos anti austeritarios que lanzaron a Podemos en España, a Syriza en Grecia y que están alimentando la campaña de Bernie Sanders para la nominación demócrata en Estados Unidos”. El Sr. Milne también destacó que pese a la feroz oposición de los líderes del partido, “(el Sr. Corbyn) ha llevado una agenda anti austeritaria al corazón del debate político, forzado a sus rivales a frenar su giro a la derecha y llevado a decenas de miles de jóvenes a la política activa”.

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