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Analistas 12/12/2023

ELN, el descaro del año

Paula García García
Conductora Red+Noticias

El cinismo del ELN es total. No secuestran, solo tienen prisioneros y hacen retenciones. Son pobres, como la mayoría de los colombianos, dicen, y, los incumplimientos, vienen del Gobierno y las Fuerzas Militares. ¿Faltará algo en esta andanada de mentiras?

Me atrevería a señalar que nadie en este país se niega a la búsqueda de la paz; pero ver arrodillarse al Estado, de esta manera, es casi imposible de digerir. En voz de ‘Antonio García’, personaje al que bajo un alias hemos padecido por décadas, presenciamos, ahora, la versión más arrogante de esta guerrilla. Insolencia que encierra enormes peligros.

Sin embargo, vamos a sincerarnos. Lo que hoy tenemos en lo mínimo es gratis. Tremendo daño hizo a un proceso que nació sin método el desacertado desempeño, por decir lo menos, de Danilo Rueda. Con mucho de militante y poco de comisionado, permitió correr las líneas, desnudó un interlocutor permisivo, débil y blandito, al que, ‘le midieron el aceite’. El Presidente, además, dio largas al asunto hasta configurar el cóctel perfecto: los bandidos envalentonados, la institucionalidad, sumisa.

Empezamos a entender, entonces, que nunca existió planeación. Que el afán por cumplir una promesa de campaña que hablaba de tres meses para poner fin a un conflicto enquistado logró desbordar la razón. Que la improvisación pasaba su inclemente factura y nos arrastraba al temido universo de las incertidumbres. Ese en el que, estancados, hace meses estamos.

No obstante, es mejor intentar corregir que rumiar errores eternamente. Un año y veinte días después, el Ejecutivo, reacciona. Llega para encarar el quinto ciclo de diálogos, en medio de semejante desmadre, Otty Patiño. Hombre de confianza de Gustavo Petro y, hasta el momento, una figura sensata, sin eufemismos sube el tono e intenta recuperar el respeto perdido mientras interpreta el sentir generalizado. Movida necesaria aunque tardía sobre la que persisten, eso sí, muchas dudas en torno al giro que pueda darle a unas negociaciones malheridas.

Con exigencias cada vez mayores, entre ellas las de la financiación; el panorama venidero se anticipa complejo. Entre otras cosas, porque para el nuevo gerente de esta apuesta por dejar atrás nuestra vasta historia de insurgencia ―orilla en la que militó―, resultará imperativo un cambio de rumbo que camine en paralelo con la cartera de Defensa y cuente con una actitud igual de decidida desde la presidencia.

Si a Otty lo dejan solo, el fracaso será mayúsculo y, a decir verdad, con un ministro como Iván Velásquez que carece de coherencia y más parece un ciudadano indignado o un comentarista al margen que el encargado de salvaguardar la seguridad nacional, las expectativas se moderan.

Gana confianza el ELN. Nos avisa que se quedará con las armas, que seguirá con sus ‘diferentes acciones de privación de la libertad’, que eso de devolver a los que ‘calificamos de secuestrados’ está en veremos, que jamás ha violado el cese al fuego y que son chichiguas para el establecimiento lo que cuesta mantenerlos.

En tanto, alrededor del planeta se ocupan de elegir al personaje, el deportista, la mujer y el hombre de este moribundo 2023, en Colombia, de lejos, con dolor y sangre permitimos engendrar el descaro del año.

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