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Analistas 21/06/2023

¿Qué necesita Bogotá?

Paula García García
Conductora Red+Noticias

A cuatro meses de las elecciones regionales, las candidaturas a la alcaldía de Bogotá lucen tibias. En medio de la recolección de firmas, ímpetus de última hora por postularse y los vaivenes de aquellos que prefieren mantener la expectativa; las propuestas brillan por su ausencia. La ciudad padece problemáticas complejas mientras sus habitantes se debaten entre la resignación y la esperanza ante el final del que ha sido un mandato de altibajos. Los ilusiona pensar en nuevos comienzos tanto como los atemoriza tomar una mala decisión.

A los capitalinos les preocupa la inseguridad, les atormenta el tráfico y sienten vergüenza por el descuido en el que terminó sumido el espacio público. Sin darnos cuenta, se fueron normalizando videos de atracos -cada vez más descarados-, trayectos eternos y regueros de basura por doquier. En medio del acelere diario, angustia e impotencia se combinan con una buena dosis de desespero a modo de brebaje que hastía.

Exagerada indignación de micrófono, poca acción y la incesante búsqueda de un culpable colmaron la paciencia de quienes pedían un compás de espera para ver resultados. Una ausencia de soluciones que siguió acumulando pesares al punto que, otros males, en lo mínimo menores, escalaron en la lista de pendientes. Según revela el reciente informe ‘Bogotá Cómo Vamos’; salud, empleo y educación se posicionaron como los aspectos que hoy demandan pronta atención.

La lectura es clara. Lo que hay no gusta ni conecta con la gente. La alcaldesa saliente cuenta con uno de los peores porcentajes de desaprobación a su gestión entre sus pares: 64%. Cifra que solo supera Jorge Iván Ospina, en Cali, con un deshonroso 83%. Por eso, ad portas de acudir a las urnas, la pregunta es pertinente: ¿qué necesita Bogotá?

Muchos dirán que urge una reingeniería que podría tardar años en surtir frutos y que, sin importar quién asuma en enero próximo, mínimos serán los avances tras el profundo rezago. Sin embargo, existe una radiografía que desnuda necesidades. Una línea de base a la que se debería dar buen uso.

Para empezar, Bogotá, está en deuda de promover entornos solidarios con las mujeres. Son ellas las que en mayor medida manifiestan sentirse vulneradas en materia de seguridad. Incluso, señalan su insatisfacción con la capital como destino para vivir. Especial atención merecen, entonces, las inquietudes del género.

También está ávida Bogotá de un verdadero gerente. Alguien que se haga responsable de lo bueno, lo malo y lo feo del complejo ejercicio de liderar. Que deje descansar el dedo acusador, saque pecho por sus logros, pero a la vez asuma errores, recomponga y avance.

Bogotá pide coherencia, menos cálculos políticos, destrabar proyectos, trabajar en equipo y, aunque suene romántico, despertar su sentido de pertenencia. Ser la ciudad de todos y de nadie sí que nos ha traído penas.

Candidatos o mejor, precandidatos, queda poco tiempo. Tienen frente a ustedes la oportunidad de interpretar con ánimo empático los vacíos por llenar. ¡Qué comience pronto la contienda electoral ofreciendo respuestas sensatas a ese cúmulo de desatendidos e inconclusos que a gritos reclama esta generosa plaza!

P.D.: Las elecciones de octubre serán trascendentales. Más allá de la taquillera feria de escándalos hay que tener en el radar otros asuntos cruciales.

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