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ANALISTAS 09/07/2024

Repitan conmigo

Paula García García
Conductora Red+Noticias

Repitan conmigo: Diego Armando Marín López, Jesús Manuel Casso Campo, Yeison Eduardo Gómez Chima, Rodolfo José González Núñez, Andrés Stiven Ramírez Castaño y Cristian Julián Torres Delgadillo. Los militares que perdieron la vida en un campo minado en Valdivia, Antioquia.

Repitan conmigo: Rafael González, 57 años, papá de tres hijos. Cuidador de motos que falleció tras la explosión de una motobomba en Jamundí, Valle del Cauca.

Repitan conmigo: alias ‘Calarcá’, negociador de paz de las disidencias de las Farc, extorsiona a comerciantes e intimida a la población en el departamento del Meta.

Repitan conmigo: en lo corrido del año, 101 menores de edad han sido reclutados a la fuerza por grupos armados organizados.

Y así, podríamos continuar hasta llenar decenas de páginas y conformar un coro de dolorosos episodios que, al cabo de unas cuantas semanas, terminan reducidos a la categoría de nefastos recuerdos. Una memoria colectiva de corto plazo que nos tiene distraídos en el embeleco de una nueva constitución e indiferentes ante lo inminente.

Tan innecesaria para resolver los problemas reales de la gente como riesgosa para el futuro de la nación; de manera pública y decidida, la propuesta la apoyan los mismos que mataron a los soldados, acabaron con los sueños de un padre, tienen sumida en la zozobra a varios municipios y convierten a nuestros jóvenes en escudos de guerra. El control territorial se pierde a pasos agigantados, pero, recuperarlo, tal parece, no es urgente. La respuesta de nuestros dirigentes: ‘hablemos mejor del proceso constituyente’.

Indignante resulta ver a políticos curtidos subidos en el bus de una iniciativa cimentada sobre argumentos ambiguos, que deja muchas dudas alrededor del cómo y que despierta infundados temores ante la posibilidad de abrir la puerta, otra vez, a la figura de la reelección. Algo que jamás debió suceder. ¿Qué los lleva a seguir el juego? ¿Poco les importa, acaso, el país con el que nos vamos a topar en dos años?

El mayor problema que hoy enfrenta Colombia se llama Estado doblegado. No nos dejemos confundir. Mientras los violentos se fortalecen, las Fuerzas Militares están amainadas y el pueblo cada día más arrinconado. Las peleas con el Congreso, las polémicas, los escándalos y las pullas del Presidente son solo arandelas. Lo que por debajo tambalea es el ejercicio legitimo de la autoridad. En últimas, la institucionalidad.

Por eso, ocuparnos de una constituyente, lejos está de ser la solución y el camino para acabar con los patrullajes del ELN en plena vía pública, los retenes y cobros de peajes de las disidencias, los hostigamientos, los confinamientos y los atentados que, dicho sea de paso, se siguen produciendo en medio de unos diálogos de paz, quizá, a conciencia, carentes de método.

El poder en manos de actores armados. Esa es la cuestión. Sin seguridad ninguna economía es capaz de recuperarse. Difícilmente habrá inversión local o extranjera que quiera apostarle. Mucho menos creación de empleo y una utopía se vuelve hacer del turismo el gran generador de divisas cual han pregonado. Todo se desmorona.

Repitan conmigo: Colombia necesita un gobierno que gobierne no una constituyente.

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