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“Atrévete” es el nombre del programa creado por la Corporación Ventures y Cámara de Comercio de Bogotá. Un programa muy interesante para ayudar a los emprendedores en sus nuevos negocios. Para gran sorpresa mía, en la primera sesión del programa tuvimos la posibilidad de estar cámara a cámara con Julita Barreto, G100 del WEF, conductora de “Mi jefe es un niño” e inversionista de las temporadas I y II de Shark Tank Colombia, una mujer impresionante de la cual aprendí, y comparto con ustedes, el concepto de Ikigai. Ikigai es un término utilizado por Francesc Miralles y Héctor García en el libro “Los secretos de Japón para una vida larga y feliz” y consiste en lo siguiente.
Llegamos a este concepto en el entendido de que muchas personas están trabajando en un lugar donde no se sienten felices, no les gusta lo que hacen, no sienten que realicen ningún aporte, no sienten que estén aplicando sus conocimientos, o que estén aprendiendo algo nuevo. Hay una desvinculación entre el profesional y la misión.
Hay una constante falta de propósito. Y ya hemos visto, en anteriores artículos, que la ciencia ha identificado que cuando la única razón de la vida es el dinero, las posibilidades de fracaso son muy altas ya que queda la labor vacía por dentro. Para poder darle la vuelta a esta sensación de falta de felicidad y vacío interno se llega al concepto de Ikigai.
Una persona logra tener una vida larga y feliz en cuanto y en tanto logre encontrar su Ikigai, es decir, la interrelación entre cuatro postulados: hago lo que amo, lo hago bien, me pagan por ello y hago lo que el mundo necesita.
Primero, hago lo que amo. Cuando una persona hace lo que ama su nivel de compromiso, determinación y pasión están completamente alineados. En el libro señalan que es la mezcla entre la pasión y la misión. Aquí muchas veces encontramos un goce y disfrute personal, no necesariamente vinculado a un tema monetario.
Segundo, lo hago bien. Aquí encontramos aquello que nos apasiona, aquello que hemos estudiado o que es nuestra profesión y lo realizamos con esfuerzo y rigor, de manera que al ser profesional en aquello que uno hace lo convierta en experto en la materia.
Tercero, por lo que me pagan. Es la mezcla entre la profesión y la vocación, aquí es donde se mezclan el experto que con rigor y estudio hace las cosas bien pero que también tiene vocación o inspiración para hacerlo.
Cuarto, lo que el mundo necesita. Este último es de mis favoritos. Julita lo explicó así: hacer algo que tenga un impacto positivo en alguien más. Es la mezcla entre la misión y la vocación. En este sentido, recordé a los grandes maestros y libros que hablan sobre la compasión como uno de los pilares de la felicidad. La compasión entendida como el arte de hacer algo por alguien, para que éste sea feliz o evitarle sufrimiento.
El Ikigai es entonces el punto de conexión entre estas cuatro categorías, que a su vez es la correlación entre la pasión, la misión, la profesión y la vocación.
Sigo en consejo de Julita Barreto, y quiero invitarlos a que apliquen el Ikigai en su vida, en su trabajo, con su familia. Y a los curiosos los invito a la página de la Corporación Ventures para que le echen un vistazo al programa “Atrévete”.