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Los investigadores de la Universidad de Berkeley aseguran que la conexión social es el primer indicador para conocer si una persona es feliz o no. Han identificado que una persona que vive solitaria tiende a enfermarse más y en algunas ocasiones muestra tendencia suicida. Los seres humanos somos seres sociables, pero no por las redes, sino de real conexión social.
Como señala Santiago Vázquez en su libro Felicidad en el Trabajo: “Nos contratan por nuestra competencia técnica y nos despiden por nuestra incompetencia social”. Saber relacionarse de forma saludable con los demás y consigo mismo va a ser vital para que la operación tenga excelentes resultados.
De allí que la empatía es vital para que los resultados sean posibles comprendiendo y entendiendo los diferentes puntos de vista de las personas, sus miedos y motivadores. Todos los seres humanos pueden sacar la mejor versión de los demás y también la peor versión, todo depende del manejo de su inteligencia emocional y relacional.
Esta semana asistí a un cineforo en casa de amigos para ver el documental de Erik Gandini “The Swedish Theory of Love (2015)” o La Teoría Sueca del Amor, un documental en el que se muestra cómo Suecia es uno de los países más desarrollados, en los que todo habitante tiene qué comer, trabajo, casa, carro, salud etc., todo lo tiene resuelto y aun así es uno de los países en el mundo con altos indicadores de suicidio. La gente se muere solitaria en sus apartamentos y allí duran años antes que alguien los encuentre o extrañe porque no han pagado sus cuentas de luz o arriendo. La pregunta de debate fue: ¿será que vamos para allá con el tema de las redes sociales y tecnología? Conclusión: no es la tecnología, somos nosotros.
El psicólogo Bauman ha señalado que hemos olvidado cómo ser felices “Lo primero, he de admitir que hay muchas formas de ser feliz. Y hay algunas que ni siquiera probaré. Pero sí que sé que, sea cual sea tu rol en la sociedad actual, todas las ideas de felicidad siempre acaban en una tienda. El reverso de la moneda es que, al ir a las tiendas para comprar felicidad, nos olvidamos de otras formas de ser felices como trabajar juntos, meditar o estudiar”. Señala la importancia de rescatar las relaciones, convertir la sociedad liquida en sólida, lo que radica en el arte de dialogar, no dejar que las relaciones se rompan por la no comprensión de lo que el otro piensa, siente o la percepción que tiene de su propia realidad, aprender a ser empáticos.
Así que recomendaciones para mejorar la conexión social.
Primero, conocerse a sí mismo. Identificar por qué actúa como actúa y se reacciona como lo hace, qué le molesta y qué no, va a ser de gran ayuda en el momento de relacionarse de forma sana con los demás, ya que puede identificar las diferencias en percepción de la realidad.
Segundo, conocer al otro. ¿Cuándo fue la última vez que se sentó a tomarse un café sin andar mirando el teléfono celular, y realmente interesarse por el otro, en vez de hacerse el interesante? Conocer al otro es generar puntos de conexión, es conocer los valores y principios e identificar cómo se puede construir a partir de allí. Pero para eso pregunte y ponga atención. Me impresiona cómo la gente dice hoy que sufre de memoria, pero eso sí se acuerda de todas las cosas malas que los demás le han hecho, entonces no es falta de memoria, sino memoria selectiva y falta de atención apropiada.
Genere conexión social, seguro que si tiene una excelente relación con usted y con los demás, la vida va a ser un lugar increíble para compartir.