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Analistas 11/06/2024

Juntas directivas invisibles

Pilar Ibáñez
Consultora bienestar organizacional

Desde el punto de vista de la estrategia de una empresa, tener una junta directiva es una excelente opción, pero al parecer en Colombia no hay una cultura de juntas directivas sanas, algunas empresas cuentan con juntas directivas invisibles para todo el personal de la empresa, lo cual trae múltiples problemas. A continuación, compartiré algunos hallazgos sobre las consecuencias de tener una junta directiva invisible.

En el programa impartido por la Universidad de los Andes sobre Gobierno Corporativo y Juntas Directivas se insiste mucho en la importancia y la razón de ser de la junta directiva, pues ésta debe generar valor, un importante valor para la empresa para que no se conviertan en un gasto. En el mundo corporativo las juntas directivas tienen un papel fundamental al momento de tomar decisiones estratégicas, pero se debe tener en cuenta que muchas veces las decisiones que se toman están completamente desarticuladas del resto de la compañía. Es decir, hay una estrategia que no está alineada con la cultura de la empresa y mucho menos con su diaria ejecución, lo que hace imposible la puesta en marcha de la estrategia.

Una queja constante de los empleados es que la junta directiva es un ente alejado de la empresa y por ende sus trabajadores. De hecho, para muchos es un ente invisible, nadie conoce a sus miembros, no tienen ni idea cómo piensan, cuáles son sus conocimientos y experticia, y mucho menos cómo son como seres humanos.

La junta se convierte en invisible por dos razones: primero, por ser una junta pasiva que no genera valor a la empresa, o segundo, es complemente desconocida por los colaboradores. ¿Pero por qué se da una junta invisible? Lo primero, es por una falta de selección adecuada de sus miembros. Muchas veces las juntas incluyen sólo al amigo del amigo y el problema aquí se da cuando esa persona no tiene los conocimientos suficientes para ser miembro de junta. Lo segundo, es la falta de claridad en las responsabilidades y roles, muchas veces la persona no conoce la empresa, el personal, las funciones, las tareas que se deben realizar diariamente. A este punto se puede agregar la falta de compromiso y la falta de tiempo. Tercero, la cultura de complacencia, muchas veces las personas prefieren decir a todo que sí con tal de quedar bien con otras personas, lo que hace una junta demasiado pasiva. El diálogo y la discusión son importantes, diferente al conflicto y a la agresión.

Cuando la junta es invisible esto trae algunas consecuencias negativas para la empresa. Primero: el incremento del riesgo en la mala gestión, lo que puede llevar a toma de decisiones erróneas, dañando la reputación de la empresa. Segundo, la falta de innovación y adaptabilidad, lo que genera estancamiento de la empresa y no adaptabilidad al mundo del mercado, sobre todo en la era digital. Tercero, desmotivación del personal, la falta de liderazgo y dirección es una de las mayores causas de desmotivación por parte de los colaboradores, la que afecta la productividad y la puesta en marcha de la estrategia. Finalmente, problemas en el cumplimiento.

Se necesitan juntas directivas visibles, diversas, con pensamiento de crecimiento, pero sobre todo conectadas con la gente. Se ha dicho que “la cultura se come a la estrategia al desayuno”, lo que aplica en este caso. Ya que, si la junta está para dar lineamiento estratégico, pero no conoce la cultura de la empresa, no va a ser posible que salga a relucir el valor que pueden llegar a dar a la compañía.

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