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Analistas 15/10/2024

La ciencia de la gratitud

Pilar Ibáñez
Consultora bienestar organizacional

En un mundo laboral en el que las presiones diarias, las metas inalcanzables y el estrés parecen ser las constantes, existe un elemento que a menudo se pasa por alto pero que puede transformar radicalmente el ambiente laboral: la gratitud. Este concepto simple, pero poderoso, no solo afecta la calidad de vida personal, sino que también tiene un impacto significativo en el éxito y el bienestar de las organizaciones.

Desde la psicología positiva, pero sobre todo desde la psicología organizacional, se ha encontrado que la gratitud es el reconocimiento y aprecio por las cosas buenas que se reciben, ya sea personas, eventos o situaciones. La gratitud puede ser episódica, es decir una sensación por un hecho o evento, o puede ser colectiva, cuando se da a nivel organizacional.

Desde la psicología positiva se sugiere que las personas que practican la gratitud de manera regular experimentan niveles más altos de bienestar emocional, relaciones interpersonales más sólidas y una mayor resiliencia ante el estrés. Esto no solo aplica a la vida personal, sino que tiene un efecto directo en el lugar de trabajo.

La gratitud en el trabajo crea un entorno más colaborativo, donde las personas se sienten valoradas y motivadas. Es decir, que la gratitud influye en varios de los factores organizacionales. Primero, tiene un efecto directo en el clima laboral, entendiendo que los colaboradores se sienten reconocidos y valorados por la labor realizada. A veces las empresas desatienden la importancia de un gracias por la labor realizada. Segundo, aumenta la productividad y la motivación, ya que la gratitud genera en las personas un impulso a actuar para poder lograr el cumplimiento de metas y resultados, sin necesidad de esperar recompensas externas.

Tercero, la gratitud tiene un efecto muy interesante en la lealtad y la retención de los talentos. Los colaboradores que experimentan gratitud por parte de sus superiores o compañeros tienden a sentirse más conectados con la organización y, por ende, menos propensos a buscar nuevas oportunidades.
El Dr. Ryan Fehr de la Universidad de Washington, comparte en su investigación algunas estrategias para lograr la gratitud en el lugar de trabajo.

Primero, crear un protocolo de reconocimiento formal e informal, esto ayuda a que los colaboradores puedan expresar gratitud a sus compañeros por pequeñas acciones cotidianas, crea un ambiente más positivo. Esto puede hacerse a través de una simple nota o un correo de agradecimiento. Segundo, reuniones positivas, dedicar unos minutos para que los colaboradores compartan algo por lo que se sienten agradecidos puede cambiar la dinámica del equipo. Este pequeño gesto puede mejorar el tono general del encuentro.

Tercero, promover el liderazgo con gratitud, es decir que los líderes practiquen la gratitud de manera genuina e intencional no solo mejoran su propia relación con el equipo, sino que también modelan un comportamiento que los demás querrán seguir. Un simple “gracias” sincero puede marcar la diferencia en cómo se percibe un líder.

En un entorno competitivo como el actual, pequeñas muestras de aprecio, como lo es la gratitud, puede ser un despertar para la organización que genere mayor bienestar, productividad y competitividad empresarial.

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