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No han pasado ni dos años desde que hubo grandes picos de ansiedad, incertidumbre y estrés por la pandemia y ya las emociones volvieron a estar en la montaña rusa de siempre. Cuando el mundo enloquece es importante hacer una buena gestión de las emociones, para que esto no ocasione estrés desmesurado y traiga como consecuencias enfermedades tanto físicas como psicológicas. Hoy quisiera compartir con ustedes los primeros auxilios emocionales, herramientas para la gestión de las emociones de acuerdo a la ciencia. Para describir este tema de la forma más sencilla posible acudiré a un famoso psicólogo conocido como Dr. Paul Ekman. A él se le conoce porque fue su teoría sobre las emociones la que inspiró la película de Disney “Intensamente” en donde se muestran 5 de las 6 emociones básicas: ira, asco, miedo, felicidad, tristeza, sorpresa. También investigó sobre las expresiones faciales asociadas a estas emociones identificando que son involuntarias y se producen antes de que la mente consciente registre la emoción.
Por otro lado, tenemos al psicólogo Dr. Robert Solomon quien calificó las emociones como un juicio evaluativo. Al ser un juicio evaluativo, la persona decide, de acuerdo a su interpretación y experiencia, enfadarse con otra persona por lo que esta le dijo o no.
En este sentido, sabemos que hay unas emociones básicas y otras más complejas, de acuerdo a la interpretación que cada persona hace de la situación o experiencia. Los primeros auxilios emocionales son cinco pasos muy sencillos, que ayudan a que las emociones no se conviertan en una bola de nieve inmanejable, sino que puedan ser gestionadas de la forma más armónica posible.
Paso 1: hacer un alto. Cuando se encuentre en un estado de ansiedad, estrés, tristeza, etc., y antes de tomar cualquier decisión de la que pueda arrepentirse, lo mejor es hacer un alto. Principio básico señalado por Daniel Coleman cuando señala la importancia de contar hasta 10. Este conteo da tiempo para el siguiente paso.
Paso 2: respirar. La respiración ayuda a que los niveles de cualquier emoción o estado, llámese estrés, ansiedad, etc., bajen, al lograr un mejor nivel de oxígeno en el cerebro. La respiración también permite que no se tomen decisiones en caliente.
Paso 3: Observar las emociones e identificarlas. La identificación de las emociones ayudará a determinar qué es y cómo es la sensación que se está sintiendo. La Dra. Edith Shiro adicionaría a esta ecuación, identificar en qué lugar del cuerpo se siente dicha emoción.
Paso 4: Identificar cuál es la interpretación que se está haciendo a dicha emoción. Como se señaló con anterioridad, las emociones traen consigo un juicio evaluativo, así que identificar cuál es la interpretación o la historia que cada uno se está contando a sí mismo sobre lo que está sintiendo, ayuda mucho.
Paso 5: Transformar la emoción. Si la emoción que está sintiendo y la interpretación que se está dando no le gustan, el último paso es transformarla. Es decir, una emoción como la preocupación puede ser transformada con pensamientos alternativos en acción. La duda o inseguridad puede ser transformada por ánimo y vitalidad, al hacer las preguntas adecuadas.
Estos cinco pasos son una herramienta para llevarla ante cualquier situación, sea familiar, en el trabajo o a nivel mundial. Es importante recordar que el cómo pensar y de qué forma sentirse es una elección. Dos personas en la misma situación pueden percibir la experiencia como de sufrimiento o aprendizaje, y esto tendrá consecuencias negativas o positivas en su vida. Todo por una simple elección.