MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Agregue a sus temas de interés
La última encuesta del Ministerio de Salud y Protección Social, realizada en octubre, revela un inquietante dato: 66,3% de los colombianos enfrenta problemas de salud mental.
Aunque no existen estudios definitivos que establezcan una correlación directa entre salud financiera y salud mental en Colombia, evidencia internacional como el Instituto de Estudios Financieros de Estados Unidos, sugiere que la falta de educación financiera puede contribuir a niveles más altos de estrés y depresión. Desde mi ejercicio de enseñanza en educación financiera, observo cómo estas dimensiones están estrechamente relacionadas. La salud financiera influye en todas las áreas de nuestra vida, y la falta de esta puede desencadenar problemas caracterizados por una constante preocupación, debido a un entorno económico incierto o desafíos individuales en la gestión diaria de las finanzas, que recaen directamente en la salud mental.
Necesitamos un dominio de la gestión financiera más efectiva, en armonía con nuestros objetivos de vida, una formación en ¡finanzas para la vida!, que sea una inversión en el futuro y vaya más allá de los números. La educación financiera de calidad implica comprender cómo aplicar el conocimiento en la vida cotidiana y desarrollar habilidades blandas (interpersonales), que nos ayuden a ganar confianza para tomar decisiones conscientes y equilibradas, que nos permitan ejecutar buenas prácticas financieras y así lograr la tan anhelada independencia económica, además su implementación adecuada debe estar presente y abarcarse en todas las etapas de la vida.
Resaltando datos de la encuesta de inclusión financiera de 2022 en Colombia (Banca de la Oportunidades), vemos que el ahorro se destina principalmente a emergencias, evidenciando la falta de planificación a largo plazo. Solo 26,5% de las personas cuenta con un seguro voluntario y el índice de bienestar financiero es de 51,6%, lo que plantea interrogantes sobre ¿qué sucede con la situación económica de 48,4% restante?.
A pesar de los incansables esfuerzos de instituciones tanto públicas como privadas por acortar la brecha de pobreza y avanzar hacia los objetivos de desarrollo sostenible, los colombianos seguimos enfrentando desafíos en educación financiera. La carencia de conocimientos en la adecuada gestión de los recursos económicos se traduce en consecuencias directas para nuestros bolsillos. Este escenario, que afecta a todos por igual, nos plantea un interrogante fundamental:
¿Cuán poderoso puede ser el conocimiento financiero en nuestra vida cotidiana? En un contexto en el que el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 resalta la importancia de la salud mental y como ya hemos evidenciado la relación salud financiera/salud mental, es imperativo que la educación financiera se integre como pilar esencial en esta agenda. Tal medida podría beneficiar el camino para que cada colombiano dé un salto hacia la prosperidad económica, con un impacto significativo en su bienestar mental.
