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Analistas 22/07/2015

La convivencia y la economía

Analista LR
La República Más
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Es conveniente comprender, que la seguridad es solo un elemento de la convivencia, y para que esta sea posible, se debe iniciar por acatar las normas establecidas,  porque un grupo de individuos cuyo comportamiento en general es bueno, acota Mark Kleiman, facilita hacer cumplir la ley y el concentrar los esfuerzos en un pequeño número de malhechores, imponiendo con ello sanciones veloces y certeras, que aumentan por lo tanto, la probabilidad de que cualquier delito conduzca al castigo, haciendo que el mal comportamiento sea una opción poco atractiva.

Es indudable como arguye Fabio Londoño, que en la construcción de la seguridad las personas deben conformar un mejor entorno, a partir de los valores colectivos que reúnen los intereses de todos los individuos, definiendo así las relaciones de los ciudadanos, la política y las instituciones; responsabilizando dentro de este contexto a cada individuo acerca de su rol y el de las instituciones. De esta forma, se crea una dinámica que devela los problemas estructurales correspondientes a las personas, porque son ellas la causa que genera la acción y los mecanismos de regulación.

Por lo tanto, se debe pensar la seguridad como un elemento que hace parte de las relaciones sociales, ya no es solo el panóptico el que mantiene a los sujetos en una condición disciplinada, ahora el enfoque es el concepto biopolítico, en el que la población asume como cuerpo social, la responsabilidad de crear las instituciones informales propicias que faciliten a los individuos el desarrollo de sus capacidades.

Destaca Anthony Giddens la rutinización, como algo vital para desarrollar mecanismos psicológicos que sustenten el sentimiento de confianza, reflejando seguridad durante las actividades diarias de la vida social, es decir, construyendo convivencia mediante acciones correctas repetidas como un acto normal de los individuos. Compréndase que cada individuo adopta de manera inmediata, una postura en el fluir su vida cotidiana fijando las instituciones sociales. De esta manera, los seres humanos mediante su comportamiento determinan una identidad social.

Es así, como nace el concepto de seguridad ciudadana, enmarcando un conjunto de elementos y de factores de índole político, ambiental, económico, cultural, social e institucional que obligatoriamente inciden en la vida de los habitantes, haciendo posible que se tengan unos mínimos de bienestar en una sociedad, que resuelve sus desacuerdos mediante la acción comunicativa y de igual manera, participa en la construcción de las estrategias que pretenden mejorar sus condiciones. Naciendo en consecuencia, una nueva relación entre los ciudadanos y el Estado, y este y las instituciones que velan por el orden, las cuales han debido adecuarse a las nuevas condiciones.

De esta manera se alcanzaría el circulo virtuoso enunciado por North, en el que las comunidades fortalecidas en sus instituciones, se adaptan con facilidad a las diferentes variables que hacen parte de los constantes cambios en las reglas de juego en el mercado, estimulando el crecimiento económico mediante la creación de organizaciones exitosas. Por lo tanto se puede concluir, que un ambiente no respetuoso de la ley implica una pérdida económica para la comunidad.

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