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En esta época de cierre de año uno de los trabajos más exigentes en las juntas y comités directivos son las aprobaciones de presupuestos e inversiones frente a las proyecciones de ingresos donde, aparentemente, ahora más que nunca suceden hechos sorpresivos, desproporcionados y catastróficos, conocidos como cisnes negros.
Sin embargo hay que reconocer que la vulnerabilidades en parte son derivadas del desinterés y/o la incapacidad de estudiar y entender los entornos negando señales y realidades no deseadas motivados en el miedo, la conveniencia y en algunas ocasiones prefiriendo apostar a una probabilidad que no genere intranquilidad. Se sabe que el análisis juicioso de análisis de riesgos y ejercicios prospectivos hubieran podido modificar preventivamente variables determinantes en las causas de los cisnes negros. La anterior afirmación es tan válida para las empresas e instituciones como en las grandes desgracias de la historia reciente como la primera guerra, Chernóbil, la pandemia, invasión a Ucrania y hasta la misma avalancha de Armero.
Una de las características de los cisnes negros son las racionalizaciones a posteriori de los eventos y, las conclusiones de no haber tomado medidas preventivas contundentes están más asociadas al hecho de no estar preparados para el manejo de los impactos de los eventos que al evento mismo. Lo anterior invita a invertir más tiempo, talento, tecnología e inclusión para hacer análisis de riesgos más aterrizados y de acuerdo a los impactos que se puedan ocasionar, desarrollar acciones para la prevención, el control y los planes para la mitigación y remediación. La otra cara de la misma moneda es también pronosticar posibles oportunidades, como se hizo evidente con la pandemia con avances medico científicos, con la virtualidad, con el cambio climático las economías verdes y sistemas de captura de CO2 y ahora con la guerra rusa los avances en fuentes de energía alternativas.
Las habilidades de los colombianos han desafiado y superado muchos de los impactos de los cisnes negros, rinocerontes grises y polvos blancos pero la ausencia de principios y educación de la clase dirigente siguen engendrando efectos que se reflejan en la pobreza, corrupción, violencia y destrucción de la vida, pero ahora es también la oportunidad desde la sociedad civil y particularmente de la academia, el sector financiero y el sector productivo entender la necesidad de generar más trabajo decente, emprendimiento y fortalecimiento de la industria para frenar el hambre y la violencia; es también el momento de ver la potencia ambiental, social, cultural y económica del Amazonas olvidado y espoliado por transnacionales de la delincuencia para asegurar la soberanía, el conocimiento de riquezas naturales y la seguridad; es ahora cuando se debe facilitar el conocimiento, los recursos y la infraestructura para poner a producir alimentos en campos, ríos y mares abandonados y golpeados para lograr la seguridad alimentaria, el empleo digno, el agua limpia y el orgullo de ser empresario del campo, del mar y de los ríos; es ahora que hay que reconocer nuestra cultura y sus expresiones, privilegiando las artes y el deporte para forjar ciudadanos con principios y valores orientados al logro, al respeto de las normas y a la competencia sana; es ahora el momento de incluir a través de la igualdad en el acceso de educación pertinente y de calidad reconociendo el conocimiento, la cultura e importancia de los centros de investigación de los programas de alta calidad de los Centros de Educación Superior técnicos, tecnológicos y profesionales para poder hacer transformaciones importantes en la definición de nuestro país con instituciones, solidas, con justicia, paz principios y valores.