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Ya a un año de este Gobierno, todos sentimos que, pese a las discusiones que proponen los políticos: la polarización, el acuerdo Farc o las marchas en favor y en contra; resulta preciso tener en cuenta que las cuestiones importantes son las relacionados con el bienestar de los colombianos de bien, es decir: la avalancha tributaria, el poder de la ilegalidad y las pensiones.
La avalancha de impuestos está motivada por la necesidad de recursos para el funcionamiento del Estado, es decir, la necesidad de inversiones importantes para mejorar condiciones de vida, la infraestructura, la seguridad, la presencia del Estado, los recursos para las pensiones y cumplimiento del acuerdo con las Farc. Sin embargo, la presión a las empresas y personas que tributan es de tal magnitud, que ya en el desempleo, en la confianza inversionista y en el consumo, se está notando la desaceleración.
La opción es clara, y pasa por incentivar a la industria minera y petrolera. Estos dos sectores son los que actualmente poseen una mayor capacidad de generar ingentes recursos para el Estado y para el bienestar de los colombianos. Los proyectos están, los inversionistas están, pero la enorme sobrerregulación y los discursos socio ambientales buscando electores, hacen que Colombia pierda oportunidades de desarrollo incluyente. Es importante recordar que todos queremos gas para cocinar, transportarnos con tecnologías más limpias, más industrias, más minerales para construir, más exportaciones y más y mejores empleos especializados.
No es la vía adecuada un aumento de los impuestos, más auditorías y controles, o en definitiva, más de lo mismo, sino una solución enfocada a través de más proyectos, más posibilidades de empleo, más inversiones ambientales, más presencia del Estado en zonas rurales y más innovación. De esta forma, se cumplirán las metas y conseguirán recursos. Bien por el Gobierno, ANH, ANM, gremios, embajadas de Canadá, Estados Unidos, Países Bajos, Reino Unido, agencias multilaterales y universidades que están trabajando en mejores oportunidades y mejores prácticas del sector mineroenergético
Frente a la ilegalidad, además de los recursos anotados en el punto anterior, relacionados con recursos económicos, mayor presencia del Estado y empleos dignos en lugares apartados, también se necesita crédito agrario, acompañamiento para la comercialización, educación pertinente, fortalecimiento de liderazgos y presencia de los organismos de seguridad justicia del Estado fuertes en capacidad, en cumplimiento, respeto y garantía de los Derechos Humanos.
Además de las decisiones anteriores en territorio, el gran asunto para el país es la reforma al sistema actual de justicia, para acabar así con situaciones de precariedad, desprestigio y con la ausencia de recursos que este sector padece. Es tan crítica la situación en la cúpula, que no hay sala disciplinaria en el Consejo de Estado, la Corte Suprema está incompleta y la crisis penitenciaria no tiene precedentes.
Ante la falta de compromiso de los congresistas, el total liderazgo debe ser asumido por el Presidente con una agenda acordada por todas las fuerzas sociales, gremiales y política al más alto nivel.
De no poder corregir esta situación, estaremos perdidos frente a las economías ilegales que están acabando con los líderes, con el ambiente y con la institucionalidad; y por el contrario, estaremos volviendo a ese pasado de “narco-democracia” donde la delincuencia copta la legalidad, la administración de justicia y la sociedad misma. Situación que, por cierto, ya ha sido vivida en nuestro país, y que no podemos permitir que se repita. Además, también estamos sintiendo ya un cambio de valores en ciertas zonas del país, los territorios auto determinados, los desplazamientos y hasta la misma descertificación internacional, con graves consecuencias para la legalidad y legitimidad del Estado de Derecho.
Sí se puede; la receta es ejercer la autoridad de la mano de todos los sectores, desde un gran acuerdo nacional y sobre lo fundamental. La mayoría de los colombianos no queremos llegar a ser otro país como Venezuela.