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La paga fomenta la vagancia fue la noticia tras el resultado del referendo en Suiza sobre una renta básica donde cuatro de cada cinco ciudadanos suizos rechazaron 2.250 francos suizos por no trabajar, esto lleva a la reflexión donde un país que no tiene recursos trata de imitar a uno que si tiene el recurso, que dichos recursos solo los puede producir el sector privado que tributa y que si hay personas que su condición calamitosa o de vulnerabilidad que obliga al Estado a atenderlos con alguna o con todas las formas de asistencialismo.
La editora del Wall Street, Journal Allysia Finley, escribió sobre un estudio sobre lo que sucedió con algunas persona que recibieron dinero gratis realizado por la Harvard y la Universidad de Exeter.
El estudio realizado entre julio de 2020 y 2021 tuvo una muestra de 2.073 personas de bajos ingresos que recibieron entre $500 a $2000 dólares americanos. Cerca de 80% tenía hijos, 55% estaba desempleado y en un periodo de 15 semanas, se les aplicó una encuesta sobre bienestar físico, mental y financiero y 43% también estuvo de acuerdo en que los investigadores le hicieran seguimiento a sus saldos bancarios y transacciones financieras. Como grupo de control muestral participaron 3.170 personas con características financieras, demográficas y socioeconómicas similares.
El argumento sobre que los dineros entregados sin condiciones llevan a las personas de bajos ingresos a tomar mejores decisiones y se vuelven más orientadas a planear el futuro debido a que tienen menos preocupaciones. El estudio de Harvard puso a prueba esta hipótesis y encontró lo contrario.
Los hallazgos más relevantes fueron:
La familias aumentaron el gasto en promedio $26 por día en el grupo de $500 y $82 por día en el grupo de $2,000, pero no tuvieron un efecto positivo observable pues los cargos por sobregiro bancario, los cargos por pagos atrasados y los adelantos en efectivo fueron tan comunes entre los receptores de efectivo como en el grupo de control.
A los destinatarios de los receptores de dinero informaron menos ingresos por trabajo propio, menor rendimiento, menor satisfacción laboral, más estrés financiero, menor calidad del sueño, empeoramiento de la salud física y niveles más altos de soledad y ansiedad que el grupo de control. Estos hallazgos contradicen las hipótesis de 477 científicos sociales y políticos encuestados que sostenían que las dádivas del gobierno son la solución los problemas. Stephen Young director ejecutivo de Caux Round Table concluye “Si los pagos de transferencia fueran un boleto a la clase media, la guerra contra la pobreza habría tenido éxito hace mucho tiempo.”
En cuanto al manejo y control de las finanzas, las personas menos favorecidas económicamente a menudo tienen dificultades para administrar el dinero lo que es una de las razones por las que muchos no mejoran o empeoran su situación a pesar de recibir recursos . El simple hecho de dar más dinero a la gente no los hará mejores administradores, como mostró el estudio. En algunos casos, las personas gastan más de lo que reciben y se exceden.
Lo anterior lleva inexorablemente buscar otra opción diferente a regalar dinero lo que nos lleva a la ética del trabajo y en consecuencia a la necesidad urgente de fortalecer a las empresas y al emprendimiento; así mismo a entender la coyuntura y a la necesidad de hacer prospectiva partiendo de los fenómenos globales para poder desarrollar estrategias y hacer políticas públicas que prioricen las acciones a acometer desde los territorios en asuntos como la autosuficiencia y competitividad energética y alimentaria con excedentes para exportar, ingreso a mercados verdes para el cuidado y la conservación forestal, mejoramiento de la infraestructura de conectividad física y virtual, educación pertinente e incluyente y el cuidado del sector privado como base del trabajo digno.
