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Analistas 19/05/2024

El gato y la mancha sí son como los pintan

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group

Los sueños con acciones persistentes, autoconfianza y un equipo confiable se convierten en realidades insospechadas, tal como lo demuestra el profesor suizo Aimé Felix Tschiffely y su equipo.

El 24 de abril de 1925, en medio de un público de incrédulos y escépticos despidieron a este profesor de educación física suizo que pensaba llegar a Estados Unidos montado en dos caballos criollos argentinos. Contra todo pronóstico, partió de Buenos Aires en la primavera de 1.925 a enfrentar innumerables riesgos, peligros, jugándose la vida a cada paso en su ruta a la ciudad de Nueva York con su equipo, Gato y Mancha.

En el mundo ecuestre y entre los amantes de los caballos, esta odisea es reconocida como una de las más célebres del mundo equino, pues unió por primera y única vez a la Argentina con los Estados Unidos de América.

Atravesaron la totalidad de América del Sur, escalando los más altos e inclementes nevados de Argentina, Chile y Bolivia, así como surcando lagunas, sorteando precipicios y sobreviviendo a la sed y hambruna de los desiertos del Perú, y a las plagas y enfermedades de las selvas tropicales y del Caribe.

Una aventura que duró tres años, guiados por Tschiffely, donde se obtuvo el récord mundial alcanzado por caballos a una altura de 5.900 metros en el paso El Cóndor, entre Potosí y Challapata en Bolivia y con una temperatura de 18º C bajo cero. En distancia recorrieron 21,500 kilómetros (10,000 millas) en 504 etapas, a razón de 42.6 km por día.

"Repuesto de un desmayo prolongado observé a mis dos bravos compañeros y tuve la sensación de que mi raid había terminado. Apenas tenía fuerzas para levantarme y el Mancha y el Gato, con la cabeza baja, resoplaban ansiando aire, asfixiados en un ambiente de infierno.”

El profesor Aimé Tschiffely, nacido en Zofingen, Suiza, en 1895, fue educado en Gran Bretaña y desde 1.917 trabajó como profesor de Educación Física e Inglés en el colegio Saint George de Quilmes. Su equipo, Gato y Mancha, fue adquirido en la estancia "El Cardal" de Emilio Solanet, fundador y presidente de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos.

El doctor Solanet cedió a la insistencia de Tschiffely y le entregó a Gato y Mancha, dos animales robustos pero un poco viejos, lo que fue una gran fortaleza para esta odisea, pues justamente los caballos eran experimentados, baquianos y sabían dónde debían pisar y qué comer. Jamás hubiera tenido éxito con caballos jóvenes.

Así fue como, un 23 de abril de 1925, guiados por el profesor Tschiffely, partieron hacia Rosario, Tucumán, Potosí, La Paz, Lago Titicaca, Cuzco y Lima.

De mayo a diciembre de 1926 cabalgaron hacia Cuenca, Quito, Pasto, Popayán, Manizales, Medellín, Puerto Berrío y Cartagena, donde se embarcaron hacia Panamá y desde julio de 1927 hasta febrero de 1928, hicieron el tramo desde Antigua hasta Monterrey en México, para seguir rumbo a Nueva York por Laredo, Fort Worth, Oklahoma, Springfield y Washington.

Tres años después, el día 20 de septiembre de 1.928 cruzaban la Isla de Manhattan para llegar al City Hall, donde los esperaba el alcalde James Walker. Recorrieron la Quinta Avenida con el tráfico suspendido en su honor, bajo millones de serpentinas y pitos, como héroes, como los astronautas del Apolo 11.

“Al llegar a la Quinta Avenida de Nueva York llevaba en los cascos de su caballo criollo el polvo de veinte naciones atravesadas de punta a punta, en un trayecto más largo y rudo que el de ningún conquistador, y sobre su pecho, un moño blanco y celeste”.

Mancha y Gato murieron en 1947 y 1944, a los 40 y 36 años de edad, respectivamente, y Tschiffely de 59 años en 1954. Pero sus enseñanzas vivas son: la única manera de convertir los sueños en realidades es con decisiones estratégicas y acciones concretas. El éxito es el resultado de la experiencia, la persistencia y la claridad en el objetivo. Es vital la construcción permanente de confianza en el equipo, y para eso es necesario tener individuos confiables, como siempre son los caballos.

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