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En las sociedades democráticas con economías de libre mercado, gracias a la labor de los medios de comunicación y de las universidades, las personas tienen acceso a la educación, a la información y a la capacidad de tomar buenas decisiones para invertir su capital o sus ahorros. Asimismo, el consumidor tiene la posibilidad de elegir bienes y servicios con criterios de sostenibilidad y transparencia, premiando al que hace bien, al que innova y sacando de la competencia a quienes no tienen la capacidad de cumplir con las exigencias.
La politización e instrumentalización de los asuntos ambientales y del cambio climático ha llevado a las personas a aproximar estos asuntos con culpa o con miedo, perdiendo la posibilidad de conocer las nuevas tecnologías, inventos y desarrollos de las empresas, la academia y la sociedad interesada en actuar, que son la realidad que poco sobresale en la selva de las malas noticias.
Es cada vez más evidente que la tecnología ya puede desacelerar el calentamiento global o incluso, con la eliminación y el almacenamiento de carbono, revertirlo y llevarlo a donde la sociedad quiere y necesita estar.
Según un informe del director de Caux Round Table, los estudiantes de la Universidad de Purdue inventaron una pintura que refleja hasta 98,1% de la luz solar, enfriando los edificios pintados con esa pintura. Sobre la captura directa de CO2 del aire, ya se están utilizando filtros químicos para convertirlo en fertilizante o combustible. Una empresa en Massachusetts está fabricando baterías para almacenar electricidad usando hierro y aire, que al combinarse, crean óxido y liberan energía, y una aerolínea de los Estados Unidos está utilizando bloques de aserrín y corteza de árbol para evitar que se libere CO2. Luego, los bloques se entierran para aprovechar la fotosíntesis y eliminar el carbono del aire en nuevos árboles.
Para la construcción de confianza del mercado de los bonos de CO2, las bolsas ya están haciendo la custodia de los activos y asegurando la transparencia en los precios. En Estados Unidos y Reino Unido, para facilitar el crecimiento en el comercio de créditos de carbono, los bancos están expandiendo el mercado, que ha demostrado ser tan rentable que los administradores de fondos ya incluye el manejo, valoración y registros de inversiones.
Por otro lado y dado que la Tierra produce hidrógeno como combustible a partir de rocas ricas en hierro y rocas radiactivas, dicho hidrógeno puede extraerse. Se han encontrado hidrógeno extraíble en Francia, Estados Unidos, Brasil, Australia y Colombia. Por su parte el Instituto de Procesamiento de Materiales ha afirmado haber hecho el primer cemento de cero emisiones en el norte de Inglaterra. El concreto es la segunda sustancia más consumida en el mundo después del agua, y la Universidad de Cambridge está adelantando estudios para reciclar el cemento viejo en nuevo cemento. Además, una pequeña empresa cerca de San Francisco extrae celulosa de algas marinas y la convierte en una sustancia similar al plástico, que luego se biodegrada cuando se dispone en el ambiente.
Finalmente, la piscicultura que es el método de producción de alimentos de más rápido crecimiento y que representa 17% de la proteína animal que consume el mundo. El Banco Mundial estima que el 90% de las zonas de pesca en el mundo ya están por encima de su capacidad de regeneración, lo que ha motivado a una empresa en Noruega a sembrar 8 millones de salmones en tanques. La empresa y la academia para este tipo de proyectos han desarrollado metodologías para evitar la grave contaminación de las aguas circundantes con desperdicios y trazas de antibióticos y otros medicamentos, y otra para disminuir la cantidad de agua por animal. Los salmones requieren alrededor de 50.000 litros de agua por kilogramo de salmón, pero con la nueva tecnología podría necesitar solo 150.
Poco a poco, como en el juego del “pescao cao cao, va cayendo al otro lado” la ingeniosidad humana y la alianza entre los empresarios, la academia, las comunidades y los gobiernos que invierten en el desarrollo no deja de bien-sorprendernos.
