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Analistas 27/10/2024

La hormiga atómica

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group

Mientras el mundo desarrollado busca formas eficaces, eficientes y efectivas de asegurar la autosuficiencia y la seguridad energética, otros países han priorizado asuntos humanitarios como la lucha contra la pobreza, el hambre o la terminación de la guerra. Lo increíble es que hay un tercer grupo donde sus mandatarios atienden únicamente sus intereses electorales.

Es evidente que la humanidad del siglo XXI no puede tener salud, educación, conocimiento, seguridad, desarrollo y calidad de vida sin energía. Por eso, gobiernos en alianza con centros de pensamiento, empresas y corporaciones de todo tipo están en la búsqueda de una forma de producción que no implique sacrificar millones de especies de la biodiversidad, eliminar miles de hectáreas de producción agrícola, cercenar empleos relacionados con el campo —incluyendo agricultura, ganadería, gas, petróleo y carbón—, interrumpir servicios ecosistémicos y dañar hábitats para importar e instalar paneles solares y generadores eólicos desechables, con baterías y materiales altamente tóxicos, contaminantes e indestructibles.

Sin duda, hay que seguir el ejemplo de los investigadores especializados, algunos gobiernos y empresas tecnológicas que tienen claro que el agua es cada vez más escasa, lo que obliga a reconsiderar nuevas hidroeléctricas; que los minerales son finitos y cada vez más costosos, lo que invita a explorar alternativas diferentes a las termoeléctricas; que la exigencia global es generar energía de la forma menos contaminante; que la geoestrategia de los países apunta hacia la autosuficiencia energética; y que los consumidores exigen competir con precios razonables. Por eso, cada vez más los visionarios recurren a las centrales nucleares.

Microsoft, Google y Amazon han cerrado acuerdos con operadores y desarrolladores de centrales nucleares para impulsar el auge de los centros de datos, que prestan servicios de cómputo a empresas grandes y pequeñas.

Es claro que debido a la Inteligencia Artificial se requiere mucha más potencia que otros negocios tecnológicos más convencionales como las redes sociales, el streaming de video y las búsquedas en línea y esta demanda de energía ha hecho que se aceleren grandes inversiones.

Microsoft, en alianza con una empresa especializada, está estudiando la reactivación de la central nuclear clausurada de Three Mile Island. De igual forma, Amazon y Google confirmaron que están trabajando en una nueva generación de reactores modulares. Según expertos en energía, estos reactores podrían ser más baratos y fáciles de construir que los grandes reactores nucleares que Estados Unidos ha construido desde la década de 1950.

Las grandes empresas tecnológicas, que antes invertían en energía eólica y solar, ahora están volcando sus esfuerzos en la energía nuclear debido a la confiabilidad de estos sistemas, capaces de asegurar el suministro energético las 24 horas del día. “Quieren que todo esto crezca de forma sostenible y, en este momento, la mejor respuesta es la energía nuclear”, afirmó Aneesh Prabhu, director gerente de S&P Global Ratings.

No solo las empresas de tecnología están apostando por la energía nuclear. Este año el presidente Joe Biden firmó una ley aprobada en el Congreso que acelerará nuevos proyectos de energía nuclear. Actualmente, las plantas nucleares generan alrededor del 20% de la electricidad de Estados Unidos.

Con 94 reactores nucleares en operación, Estados Unidos es el país que cuenta con más unidades activas. Por su parte, Bill Gates ha invertido más de US$1.000 millones en la empresa TerraPower, para el desarrollo de reactores pequeños en alianza con PacifiCorp, la empresa eléctrica de Warren Buffett. La idea es fabricar los componentes en línea de ensamblaje, para hacerlos más económicos.

Mientras tanto, en los países desarrollados, los gigantes tecnológicos deben seguir aumentado el gasto a niveles asombrosos, en gran parte para satisfacer la demanda y el potencial que ven en la inteligencia artificial. Según New York Times las cinco empresas tecnológicas más grandes, incluidas Alphabet, Microsoft y Amazon, gastaron US$59.000 millones en el último trimestre, un 63% más que un año 2023.

En ese mismo mientras tanto, en esta parte del mundo, los países con petróleo, gas y/o carbón pierden cada día más la soberanía energética, se legisla y se habla más de ideologías que de soluciones, se importan más alimentos y cacharros desechables para producción de energía. Ojala algún día llegue aun cuando sea la hormiga atómica para asegurar las soberanías alimentaria y energética, fortalezca la democracia y acabe con la corrupción.

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