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Dice un viejo adagio que una cosa es la que piensa el burro y otra él lo que lo está enjalmando. Eso precisamente es lo que pasa con las decisiones tomadas sin conocimiento del entorno y la cultura, con arrogancia y desde un escritorio, pues es otra cosa lo que sucede en la vida de verdad donde los efectos obligan a tomar acciones insospechadas.
Un ejemplo de estos efectos son los odiados o amados tramitadores, así como los vendedores ambulantes en las vías paradas quienes ademas de ofrecernos alguna alternativa son el termómetro de la ineptitud de la administración pública o privada; ellos evitan hacer estudios costosos y demorados pues nos evidencian las malas decisiones. Los tramitadores son la solución barata al trámite innecesario, a la mediocridad de los funcionarios que toman decisiones y al sistema mal diseñado. Un ejemplo nacional reciente es la expedición de pasaportes, trámite que era muy eficiente el cual " modernizaron" para hacerlo burocrático, costoso e ineficiente.
En esa liga esta también encontramos el de las licencias de conducción, el pago de comparendos, los trámites de compraventa de vehículos, etc. Ni qué hablar de solicitar un turno para tramitar una tarjeta de identidad o cédula, o un registro de instrumentos públicos.
Lo mas preocupante son las soluciones que toman los dirigentes, pues a cambio de invertir en vías se dilapidan millones de pesos en burocracia de arrieros del tercer milenio vestidos de azul, que no son policías, que no han estudiado nada para lo que se contratan, que están para poner multas pero que claramente son la fuerza política de los alcaldes.
En la dimensión de las buenas intenciones están los beneficiarios del Sisben; son innegable los beneficios que ha traído este programa. Pero como todos los sistemas de subsidios acaba con el incentivo para solucionar la causa raíz de los problemas y en este caso en particular hay un desincentivo para que las personas quieran emplearse, formalizarse o legalizarse pues la salud en términos de atención y calidad comparada con servicio las EPS nunca es igual ya que las tarifas reconocidas por el sistema subsidiado son mejores que el sistema pagado.
Otro incentivo perverso son las amnistías fiscales de impuestos, gravámenes o de pagos pendientes de algunos servicios públicos donde rebajan desde intereses hasta parte del capital haciendo que se entienda que el hábito de pagar a tiempo las obligaciones es castigado y en consecuencia la cultura de no pago es una inteligente decisión financiera.
Los programas de descontaminación atmosférica donde a los dueños de los vehículos, además de perder el dinero pagado por impuestos, tasas de rodamiento, exámenes de funcionamiento mecánico y seguros, entre otros, se castiga obligándolo a usar un servicio insuficiente, en algunos casos no pertinente y de mucho menos de la calidad. Ni son soluciones económicas, ni ágiles, ni confiables, ni sostenible, ni seguras, ni dan los resultados ambientales o de calidad de vida que promueven los tomadores de decisiones y políticos en campaña. La reacción a estas malas decisiones de prohibiciones, multas y obligaciones se hace realidad a través de la adquisición de otro vehículo o motos que tiene de ventaja, además del precio, que no pagan peaje, que no las paran para revisar la documentación, seguros (SOAT,), licencia de conducción, ni impuestos. Mientras tanto se sigue contaminando, aumentando la accidentalidad, los fallecidos, la congestión, el descontrol, el caos en las vías.
Otro invento para descongestionar las empresas pero que no agrega valor al usuario o cliente son los “call center” que se caracteriza por qué a UD lo atiende una grabación que recita una irónica frase su llamada es muy importante, pero lo cierto es que le harán gastar su tiempo, le agriaran el genio, le calentaran la oreja con el teléfono pegado a ella y en el mejor de los casos UD logrará que su insatisfacción quede consignada como queja en un archivo en la nube de nunca jamás.
Como recomendación, evite este paso y diríjase al operador de celular, empresa de servicios de Internet, tv, lugar donde compró su electrodoméstico, banco que le dio la tarjeta de crédito, empresa de servicios públicos, constructora o aerolínea y haga la escena directamente las oficinas del que le prometió y no le cumplió, sin olvidar nunca que esto siempre se debe acompañar con una carta contando el abuso, mal servicio o engaño a la Superintendencia de Industria y Comercio “S.I.C” o Superintendencia de Servicios Públicos o Superintendencia de Transporte, Contraloría General de la Nación que ellos si actúan lento pero con todo el rigor. Y si es aficionado a las redes sociales comparta su experiencia para que los que toman decisiones sepan lo que pasa en la vida real con su "cliente o usuario importante".
Aproveche que aunque estamos en gran riesgo de perder este derecho, aún estamos en una democracia, que hay libre expresión, libre empresa y que UD puede exigir sus derechos !