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Un esfuerzo plausible de los grandes empresarios y más admirable aún, de algunas empresas medianas y pequeñas* con altos valores solidarios, de responsabilidad y sabiduría que han entendido que la sostenibilidad se construye con un entendimiento de su rol en la sociedad, y están pagado los salarios de su gente, las facturas de sus proveedores y en muchos casos, a través de sus expresiones de responsabilidad social de la empresa y del voluntariado de sus empleados, están ayudando a los más necesitados.
Colombia es el país de los fenicios, todos tienen o sueñan un negocio. En las ciudades vemos desde las ventas cómo en las calles ofrecen desde lo más práctico, hasta lo más inverosímil. Hay salones de belleza y peluquerías en todas las cuadras, almacenes eléctricos que arreglan lo inarreglable, talleres de alta mecánica, latonería y pintura en nuestras calles. Además, en las vías intermunicipales es común la venta de bebidas gaseosas, chicha, masato, cerveza y hasta en el mismo sitio se puede conseguir repuestos para carros, motos o tractores. En los peajes abundan las frutas y productos que caracterizan la región, desde arepas y pan de bonos, hasta yabolines y bollo. En la ruralidad, se anuncia en las portadas de las fincas venta de huevos, pollo y obviamente las frutas o verduras en cosecha.
Lo anterior también nos confirma que Colombia es un país de emprendedores y comerciantes pequeños, y que estos son la gran economía informal de nuestro país, por lo que esta debe ser la preocupación de todos los colombianos en estos momentos, dónde la cuarentena los deja inexorablemente fuera del escenario productivo. En Bogota la informalidad** es del 52,8%; Antioquia del 66,4%; Valle 67,5%; Santander 74,5%, Boyacá 78,5%; Tolima 79,4%; Casanare 81,5%; Huila 84,7%; Bolívar 85,5%; Cesar 86,9%; Cauca 87,6%; Córdoba 89,1%; Guajira 90,3%; Arauca 91,3%; entre otros; la gran ecuación a resolver es cómo le podemos ayudar a todas estas personas más allá de las medidas del gobierno. En las capitales de Colombia, la iglesia católica tiene los bancos de alimentos con un sistema de recolección de aportes en dinero y en productos, así como de distribución ordenada y transparente. Sin embargo, para ayudar a la gente del campo debemos contactar a la Cruz Roja, la Defensa Civil o iniciativas como Solidaridad por Colombia y seguramente otras certificadas, auditadas y conocidas, que, ojalá las informen vía redes sociales, emisoras y canales regionales.
Este país no lo han podido acabar ni los violentos, ni los corruptos, ni los políticos que ofrecen los modelos de pobreza, ni los "vivos" que amasan fortunas a costa del trabajo de los más débiles. Y esto ha sido y es así gracias a la solidaridad de los colombianos, que han podido defender las instituciones, perdonar y reconciliarse con sus victimarios, acoger y comprender a los casi dos millones de hermanos venezolanos, y que ahora deben dedicar a cuidarse y cuidar a los más vulnerables en salud, alimentación, información y compañía.
*Economíaaplicada.co En Colombia existen alrededor de 1 millón 620 mil empresas, 6.793 grandes, 109 mil pumas y 1.5 millones de microempresas. 27 mar.2019
** Dane