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Analistas 24/03/2024

Maldita Disforia

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group
La República Más

Desde la década de 1990, la humanidad está experimentando un cambio dramático, alejándose de visiones inspiradoras hacia un declive cultural y social. Según estudiosos, una disforia narcisista sistémica ha emergido como una fuerza corrosiva, desestabilizando la sociedad y minando la confianza en sus instituciones.

Lamentablemente, cuando una sociedad sucumbe a la disforia, se debate y fracasa día tras día, sin encontrar nunca una salida de su desánimo. La disforia se define como un estado mental en el que una persona tiene un profundo sentido de malestar o insatisfacción debido a una crisis de identidad. Es una enfermedad del autoconcepto, donde el sentido propio está en desequilibrio, inquieto, inestable y, por lo tanto, perturba los pensamientos, emociones y relaciones.

Experimentar disforia puede alejarnos de la empatía, necesaria para un buen relacionamiento, una buena ciudadanía y llevarnos hacia un narcisismo más intenso. Las personalidades disfóricas, muy probablemente, tienen una necesidad de "espacios seguros", de actividades en encierro y de rechazo a aquellos que piensan diferente.

La disforia tiene la capacidad de degradar tanto el capital humano existente como la formación de nuevo capital humano. A medida que tanto el capital social como el humano pierden la capacidad de dar forma al futuro, la cultura, la sociedad, la política y la economía se estancan o degeneran en un proceso entrópico de des-civilización.

Los hallazgos de las investigaciones (Banco Mundial 2015), ayudan a explicar cómo las personas toman decisiones sobre el futuro propio y de sus familias, incluidos el ahorro, la inversión, el consumo de energía, la salud y la crianza de los hijos. Los hallazgos también mejoran la comprensión de cómo se desarrollan y se arraigan en una sociedad comportamientos colectivos, como la desconfianza o la corrupción generalizada. El informe de Gallup - Fundación Walton Family resalta la desesperanza entre los jóvenes de la Generación Z y la crisis de salud mental se manifiesta en niveles récord de estrés, ansiedad y soledad. Estos estudios incluyen disciplinas como la neurociencia, la ciencia cognitiva, la psicología, la economía conductual, la sociología, la ciencia política y la antropología.

Su misión es, si desea aceptarla, desactivar esta bomba que está llevando a la tristeza, la rabia, la desesperanza y en consecuencia al incremento de enfermedades mentales, suicidios, alcoholismo, drogadicción de millones de personas en el mundo; es tomar conciencia, hacer acciones y tener comportamientos basados en la solidaridad y el optimismo para la construcción de un mejor futuro personal, familiar, y colectivo. Para ello se necesita determinación para detener las conversaciones y narrativas dañinas para responder a cambio con evidencias de lo que significa el regalo de la vida, la belleza de la naturaleza y el poder del amor.

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