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Actualmente el mundo sigue moviéndose de forma segura, rápida, económica y responsable con el ambiente gracias a la diversidad de trenes que van desde el Atmosférico, que emplea como motor el aire comprimido en el interior de un tubo, hasta el de Levitación Magnética, que es de alta velocidad, pasando por los Funiculares, diseñados para topografías con grandes pendientes, el Metro, que es un tren predominantemente urbano, el Neumático variación del atmosférico empujado por la acción del aire comprimido, el Tranvía que es un ferrocarril de superficie de trazado urbano, el Ligero que es para viajeros en áreas urbanas y el de Cremallera tren para lugares de pendientes de alta complejidad.
Los orígenes de esta historia ferroviaria se remontan al siglo VI a.C., con la línea sobre el camino Diolkos, usada para transportar botes en el Istmo de Corinto por 600 años e impulsado con la fuerza de personas y animales. En la Europa medieval, el ferrocarril resurgió, evidenciado en la vidriera de la catedral de Friburgo en 1350.
La era del vapor, propulsada por el genio de James Watt en 1769, vio el nacimiento de las locomotoras capaces de arrastrar trenes. En 1830, la línea entre Liverpool y Manchester inauguró la era del ferrocarril interurbano, seguida en Estados Unidos por la línea entre Baltimore y Ohio.
La electrificación llegó con fuerza en 1883 con el tranvía en Irlanda, seguido por líneas electrificadas en Suecia y por las capitales de países visionarios, como Londres, Paris y México.
Tras la Segunda Guerra los costos del carbón se incrementaron, lo que hizo que la tracción a vapor se encareciera. Al mismo tiempo, la guerra impulsó el desarrollo de los motores de combustión interna con derivados del petróleo que hicieron a las locomotoras diésel más baratas y potentes.
Esto causó que varias compañías ferroviarias, incluso las soviéticas, iniciaran programas para convertir todas sus locomotoras para líneas no electrificadas en locomotoras diésel.
La crisis del petróleo revitalizó el uso de tranvías y mejoró la rentabilidad del transporte en tren de mercancías con un componente adicional que fue la introducción del mando de carga en contenedores. La carrera por la velocidad comenzó en 1939 con el Elettro Treno ETR 200 en Italia, superando los 204 km/h.
Hoy, los trenes de alta velocidad, como el Shinkansen en Japón dominan la vanguardia tecnológica seguido por países como Suiza, Francia, España y Alemania. El 20 de marzo de este año Suiza batió un récord mundial con un tren impulsado por hidrógeno con un recorrido 2.803 km sin recargar.
La historia del ferrocarril en Colombia dieron sus primeros pasos en 1871 con la inauguración del ferrocarril desde Barranquilla a Sabanilla - Puerto Salgar en honor al presidente el general Eustorgio Salgar-.
En 1835 se sanciona una ley de concesiones ferrocarrileras para un tren interoceánico en Panamá, la construcción inició 1850 y después de una suspensión de obras en el año1892, el gobierno de Estados Unidos -después de la separación de Panamá en 1903- culminó exitosamente las obras en1914; marcando un hito en la historia de la ingeniería y la navegación marítima del mundo .
Hoy en día, Colombia, solo con el metro de Medellín, cuenta con alrededor de 3.553 kilómetros de vías férreas de los cuales solo alrededor de 342 km tienen ancho estándar -trocha ancha-, siendo las más efectivas las construidas y operadas por las empresas carboneras.
La oportunidad está nuevamente sobre rieles pues en un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad y la eficacia en el transporte, el renacimiento de los trenes en Colombia podría ofrecer nuevas oportunidades para el desarrollo económico, turístico y la conectividad regional a lo largo y ancho del país.