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Nuestros bisabuelos aseguraban ese futuro debajo del colchón atesorando oro y joyas; los abuelos, en cambio, lo hacían invirtiendo en tierras y propiedades; los padres en acciones y papeles certificados de renta o ahorraban en monedas fuertes. Ahora, los jóvenes emprenden e invierten en startups. Pero la pregunta clave hoy es: ¿Cuál es la mejor alternativa de ahorro?
La ecuación se complica aún más cuando el panorama mundial se ensombrece con los ejercicios militares de China con Rusia, las violaciones del espacio aéreo japonés, recientes declaraciones del presidente de Israel sobre la escalada contra los terroristas apostados en Líbano, la guerra en Myanmar, las reiteradas violaciones de Derechos Humanos en regímenes antidemocráticos, y lo anterior incendiado con discursos llenos de odio y polarización por parte de quienes ostentan el poder.
En estas latitudes es evidente que las propiedades y las empresas cada vez más castigadas con impuestos, trámites, permisos, infraestructura deficiente y altos costos de servicios e insumos. Las acciones y los bonos tampoco son opciones seguras pues no siempre reflejan las realidades macroeconómicas y resultan difíciles de predecir y gestionar.
Mientras tanto, las estrategias de colchón de los abuelos, propias de tiempos de las guerras mundiales, parecieran ser la alternativa pues las piedras preciosas y particularmente el oro ha alcanzado un récor histórico superado los US$2.639 por onza Troy, y las monedas fuertes se sienten cada vez más sólidas y seguras.
Pero el siglo XXI nos ofrece otra posibilidad: el “bitcoin”. Se trata de una criptomoneda o moneda digital que no requiere bancos ni largas filas en los cajeros para pagar facturas. Está basada en la tecnología blockchain, donde las transacciones son anónimas, todos pueden verlas, su tecnología es tan segura que, hasta el día de hoy, no ha sido hackeada y además no hay comisiones de ningún tipo.
Con bitcoin (BTC), UD es su propio banco, no se limita a una economía o una moneda y si un día decide mudarse a otro país (¡que, puede pasar!), los ahorros en BTC lo siguen a donde vaya.
Sin embargo, los expertos banqueros suizos piensan que aún falta mucho por legislar pues esto del anonimato atrae a quienes quieren lavar dineros de actos delincuenciales como la corrupción, el narcotráfico, el tráfico de personas, etc.
La mayoría de las personas siguen invirtiendo su vida en alcanzar la felicidad construyendo una familia, logrando un techo, cultivando el espíritu y cimentando un futuro para sus hijos con educación y su propia vejez a través del ahorro seguro, que resista las crisis económicas y, en las democracias más frágiles o inexistentes, las malas decisiones de los gobernantes.
Entonces el ejercicio es decidir si la corriente más conveniente es: seguir la corriente de los abuelos con su estrategia del colchón; invertir en empresas, en activo rentables, en papeles del gobierno y los bancos; ver que tan apreciadas están las monedas extranjeras para “depositarlas” en el colchón; emprender, o arriesgarse con bitcoin.