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Analistas 01/10/2023

… y me tocó a mí

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group

Fui una de las personas que tuve la fortuna de conocer a una mujer trabajadora de formación y carrera científica; de alma justa y corazón gigante que pese a las circunstancias e injusticias nunca hizo un juicio de valor sobre las personas; conocí a una persona que su frugalidad aprendida por sus padres y abuelos que vivieron las grandes guerras no le pudieron apaciguar el gusto por adquirir la mejor literatura; la buena música y los viajes exóticos; conocí a una mujer que con su inteligencia, prudencia y amor silencioso siempre supo el valor de la asertividad y de las decisiones valientes.

Una de sus habilidades era dar amor a través de la buena escucha, la pregunta inteligente y el apoyo irrestricto a sus hijos en las ideas, proyectos y aventuras más atrevidas; le atribuyo también mi capacidad de encontrar la felicidad en las cosas cotidianas, en la estética, en la naturaleza y en la familia. Con su ejemplo aprendí a tomar decisiones bajo el análisis de no hacerse daño ni hacer daño, siempre firme con los principios y con sentido común.

Difícil para mí estar a su altura en las asignaturas de la prudencia, la del valor del silencio, la de no tomar partido en los desacuerdos ajenos, la del rigor en la lectura, la de la disfrute de la compañía de uno mismo y la de la frugalidad en el comer, que pese a mis esfuerzos, las oportunidades de mejora las puedo medir en kilómetros, que no en metros ni centímetros.

Para ella la tarea siempre difícil y excluida de las decisiones estoicas o sacrificios fueron evitar el dulce, negarse a una buena bebida espirituosa de buena procedencia pero sin importar los grados Gay Lussac. Creyente de Dios pero prudente con la religión, estudiosa y crítica de los sermones e interpretaciones, generosa y solidaria con los más desamparados; su talón de Aquiles fueron los ancianos desprotegidos, abandonados y enfermos de los que ni las familias, ni el sistema tiene miramientos de ninguna clase.

Entre sus convicciones estuvo que sus nueras y yernos siempre tenían la razón, que la vida después de los 90 años era una calamidad para la persona y sus seres queridos pues la perdida de movilidad e independencia esclavizaba y ocasionaba sufrimiento a los que más quería y honrando, como siempre, sus convicciones de respeto y amor al siguiente día de su cumpleaños se fue, en silencio y sin incomodar a nadie … madre no hay si no una y me toco a mí.

In memorian de Alicia García Convers 1933-2023.

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