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Analistas 27/07/2024

Aprender de Venezuela

Ricardo Mejía Cano
Gerente de Saladejuntas Consultores

La historia reciente de Venezuela ofrece una gran lección para las fuerzas de oposición en Colombia. Durante dos décadas, la oposición venezolana fue incapaz de unirse en torno a un mismo objetivo, con consecuencias devastadoras para el país. Solo recientemente, bajo el liderazgo de María Corina Machado, se logró una unidad significativa que permitió a partidos políticos de orillas completamente diferentes unirse alrededor de un solo candidato, Edmundo González. Esta falta de unión durante 20 años le costó sangre y sufrimiento a Venezuela. Si Colombia quiere evitar un destino similar, la oposición debe aprender de los errores venezolanos y actuar con prontitud.

En muchos países la falta de unidad de los partidos y grupos que defienden los valores democráticos ha facilitado la consolidación de regímenes autoritarios. Durante muchos años la oposición venezolana estuvo fragmentada por celos, vanidades y egos, lo que impidió la formación de un frente común contra el chavismo. Esta desunión permitió que el régimen se fortaleciera y reprimiera a sus oponentes sin enfrentar una resistencia significativa y cohesionada.

Para la oposición colombiana, la primera lección es la importancia de la unidad. Los partidos políticos, gremios, academias y líderes empresariales deben dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos hacia un objetivo común: la defensa de la democracia y la construcción de un muro de contención contra cualquier intento de consolidar un poder autoritario.

El liderazgo de María Corina Machado ha sido determinante para lograr la unidad en la oposición venezolana. Su capacidad para articular una visión clara y su determinación para reunir a partidos políticos dispares en torno a un candidato único fueron fundamentales. ¿Dónde está el liderazgo de Jorge Enrique Robledo, Humberto de la Calle, Claudia López, Sergio Fajardo, Vargas Lleras, Iván Duque, Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y de Enrique Gómez? Todos han manifestado su preocupación por el rumbo que tomó el país, pero son incapaces de convocar a quienes en el pasado fueron sus contendores.

En Colombia la oposición necesita líderes que puedan inspirar y unir a las diferentes facciones. Estos líderes deben ser capaces de comunicar una visión clara y convincente de lo que está en juego y de cómo se puede lograr el cambio. Deben ser capaces de negociar y mediar entre los diferentes grupos para asegurar que todos se sientan representados y comprometidos con un objetivo común.

La tragedia que vivió la oposición venezolana se debió a su incapacidad de aprender de sus errores pasados, como la falta de coordinación y la incapacidad para formar alianzas. Solo después de mucho sufrimiento y grandes pérdidas se logró la unidad necesaria. La oposición colombiana debe aprender de este error y reaccionar rápidamente. No podemos esperar veinte años.

Solo con un frente común podremos contener las ansias autoritarias de Petro. Si Venezuela logró unificar a partidos políticos de ideologías muy distintas en torno a un mismo propósito, en Colombia también deberíamos ser capaces. Pero no solo se trata de la unión de los partidos políticos, hay que comprometer en ese propósito también a los gremios, la academia, los movimientos sociales y los líderes empresariales.

Es urgente establecer canales de comunicación efectivos entre los diferentes grupos de la oposición, desarrollar planes de acción conjuntos y asegurarse de que todos están alineados en un mismo objetivo: un muro de contención a las reformas descabelladas de Petro y a sus ambiciones autoritarias.

En Venezuela, la sociedad civil jugó un papel importante en la resistencia al régimen, pero su impacto se vio limitado por la falta de apoyo y coordinación con la oposición política. La oposición colombiana debe trabajar con la sociedad civil y asegurarse de que todos comparten los mismos objetivos.

Esto implica unirse con las organizaciones de la sociedad civil y formular estrategias conjuntas. La movilización de la sociedad civil aumentaría la presión sobre el régimen y ayudaría a la formación de una base amplia de apoyo.

La oposición colombiana debe actuar con prontitud y decisión para proteger la democracia y asegurar un futuro próspero y en libertad. Adoptar una estrategia unificada y coordinada y construir un muro de contención efectivo contra los caprichos de Petro y asegurar que Colombia siga siendo el referente de la democracia en la región.

Nota: Este domingo 28 de julio 80% de los venezolanos, defensores de la democracia, desterrarán la dictadura en Venezuela. Todos nos debemos convertir en veedores de esa votación histórica.

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