¿Cerrará Petro el Congreso?

Lo puede hacer de dos maneras: la constituyente por una vía no institucional o con el respaldo de las fuerzas armadas.

Sobre su deseo de hacerlo según la primera alternativa no debe quedar ninguna duda. Lo ha manifestado en varias oportunidades. Y no sólo él, uno de sus exministros se expresó en igual sentido.

¿Qué pretenderá Petro al querer presentar de nuevo y con mensaje de urgencia la reforma de la salud? Él sabe que las posibilidades de aprobación son pocas. Al pedir que se estudie con urgencia, prácticamente quedan suspendidas las reformas pensional y laboral. Ninguna de las tres reformas pasaría y muy posiblemente es lo que él quiere. Para muchos analistas es una de las excusas que Petro necesita para proceder con la constituyente.

¿Como se expresa Petro?: “Si el Congreso no me aprueba las reformas, el estallido social volverá”, “Si el Congreso no me aprueba un mayor cupo de endeudamiento, me veré forzado a decretar la emergencia económica”. Con relación a la investigación iniciada por el CNE por una posible violación de los topes de su campaña, Petro responde “El golpe contra el gobierno comenzó y hay que responderle con la fuerza del pueblo”. Su propuesta de que todos los organismos de inteligencia dependan de él, muestra su deseo de tener una “Gestapo” a su servicio. Ni hoy, ni en su oscuro pasado Petro ha dado muestras de ser un demócrata.

Tampoco se puede descartar el cierre del congreso con el respaldo de las fuerzas armadas. Desde su posesión ha estado descabezando generales. ¿Está buscando a quienes le sean incondicionales? Aún no lo ha logrado a 100%. Es cuestión de tiempo, pensará él.

En el análisis de riesgos se deben considerar dos variables: la probabilidad y el impacto. En un evento de bajo impacto, si la probabilidad de ocurrencia es muy alta, se deben tomar medidas para minimizar ese riesgo. Si el impacto es muy grave y la probabilidad es baja, también se deben tomar medidas de prevención. Si el impacto es de gran magnitud y la probabilidad es alta, se enfrenta el peor de los escenarios y se debe actuar con rapidez.

El impacto del cierre del congreso, por cualquiera de las dos vías planteadas y en las circunstancias actuales, sería terrible para Colombia. Desembocaría en una dictadura o en un caos político y de orden público.

Las probabilidades de que ocurra son percibidas de manera diferente según la posición política de la población. Para la mitad de los colombianos, que nunca han creído en Petro y saben el peligro que representa, las probabilidades de que convoque una constituyente por vía no institucional son altas. La cuarta parte de los colombianos, que creyeron en Petro y ahora están desencantados, aún lo ven como un político honesto y consideran el riesgo bajo. La otra cuarta parte, que representa a quienes siempre le han creído sus cuentos y aún lo respaldan, ve en el caos una oportunidad. Se trata de un grupo amorfo donde hay buenos, regulares y muchos malos.

Es decir, para 75% de los colombianos, gente de la izquierda moderada, de centro y de derecha, un eventual cierre del Congreso tendría un alto impacto. Sin embargo, la tercera parte de ellos considera la probabilidad baja.

Para ese 75% de colombianos lo peor que podría ocurrir es un golpe de estado para derrocar el gobierno. El único que lo quiere y se beneficiaría del golpe es Petro: él es experto en aprovechar su condición de mártir.

Cuando el barco se hunde, las ideologías políticas de poco sirven, lo urgente es evitar su hundimiento. Jorge Enrique Robledo, Claudia López, Sergio Fajardo, Vargas Lleras, Iván Duque, Álvaro Uribe, Andrés Pastrana, Enrique Gómez, todos han manifestado su preocupación por que Petro está hundiendo el barco. ¿Cómo hacerles entender que tienen que hablar y diseñar juntos una estrategia para salvar el barco? No para hablar de candidaturas, no es el momento. ¿Para qué ventilar ese tema, si lo más probable es que si no se actúa, no habrá elecciones en 2026?

De lo contrario Petro se saldrá con la suya, cerrará el Congreso y se hundirá el barco.