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Los debates en la actual campaña presidencial giran alrededor de varios candidatos señalando a una de las campañas como el símbolo del continuismo.
Es una manera de desacreditar la campaña del candidato señalado, sin mayor análisis, y como ocurre en la política, los competidores del afectado confían que expresando diariamente una tesis que no tiene bases sólidas, el electorado aceptará tan engañosa tesis.
Si hacemos zoom en algunas de las campañas, veremos que la realidad es muy distinta.
La campaña del Pacto Histórico tiene: 1. Como jefe de debate a Alfonso Prada, exsecretario de la Presidencia y exdirector del Sena en el gobierno de Santos. Con procesos por presunta corrupción, detrimento patrimonial, contratación amañada y posible tráfico de influencias; 2. Cómo jefe de debate parlamentario a Roy Barreras, quien como presidente del Partido de la U y como presidente del Senado apoyó a Santos en la reelección y en todos sus programas. Según información de la Corte Suprema de Justicia, Barreras tiene una investigación por participar en “presuntos actos de corrupción” en la Escuela Superior de Administración Pública; 3. Como jefe político de campaña, Armando Benedetti, quien como senador del Partido de la U y presidente del Senado apoyó a Santos en la reelección y en todos sus programas. Según la Fiscalía, se han identificado presuntas irregularidades en el patrimonio del senador para periodos entre 2014 y 2017; y 4. Piedad Córdoba, senadora por el Pacto Histórico, recientemente separada de la campaña por las múltiples investigaciones que tiene. Ella propuso que el segundo periodo presidencial de Santos se ampliara de cuatro a seis años, con el fin de darle tiempo a terminar sus programas.
Así que Petro tiene en su campaña alfiles, para muchos más bien secuaces, que jugaron un papel definitivo en el gobierno de Santos. El mismo Petro, en una orden rechazada por su bancada del Movimiento Progresistas, pidió apoyar la reelección de Santos.
El candidato de la Coalición de la Esperanza, quien con vehemencia ha atacado la campaña de Fico por continuista, tiene a varios exministros de Santos en su equipo.
El expresidente Santos está buscando la continuidad de su gobierno en diferentes campañas. Sus legados fueron el premio Nobel, cuyo beneficio es más personal que nacional, la cultura del desprecio por los principios democráticos, al desconocer los resultados del plebiscito, la destrucción de la moral de las fuerzas armadas y la mentira como herramienta política. Al final de su gobierno la Percepción de la Corrupción bajó a 36. En el Gobierno de Duque ha subido a 39.
En el equipo de Fico no se ven ni exministros ni exsenadores de anteriores gobiernos. Él es una persona práctica, con alto sentido social y de justicia, no se enreda en teorías sofisticadas, no miente y supera ampliamente a sus contendores en capacidades administrativas.
En un eventual gobierno de Petro, nos gobernarían los mismos que acompañaron a Santos. E igual que este, Petro fijaría sus prioridades en sus intereses personales, violentaría los principios democráticos, acabaría con las fuerzas armadas, con sus dotes de culebrero mentiroso rebasaría con creces a Santos y por el prontuario de quienes forman su equipo, en corrupción caeríamos en un abismo.
¿Dónde está el continuismo?