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ANALISTAS 14/06/2024

Las juntas ya no son como antes

Ricardo Mejía Cano
Gerente de Saladejuntas Consultores

En el entorno volátil y cambiante de hoy, el papel de las juntas directivas en la formulación y seguimiento de la estrategia se ha vuelto cada vez más crítico. Tradicionalmente, las juntas directivas se dedicaban principalmente a supervisar la gestión, con una participación limitada en la formulación estratégica. Sin embargo, la nueva complejidad e incertidumbre en el entorno han obligado a las juntas a asumir un papel más activo en un tema tan importante.

Antiguamente el CEO y la alta dirección desarrollaban la estrategia a largo plazo y luego la junta la revisaba y aprobaba. Esta se limitaba a hacer preguntas y sugerir algunos puntos para discusión. Este enfoque era suficiente en un entorno relativamente estable.

Hoy la junta debe profundizar en los frecuentes cambios del entorno, en las nuevas preferencias de los clientes, el panorama competitivo, las condiciones regulatorias, la inestabilidad política y otros factores que pueden afectar el futuro de la empresa. No puede descuidar el seguimiento a los temas operativos del día a día, pero su gran aporte es en el debate de donde deberá estar la empresa en los próximos cinco años.

La junta debe exigir a cada director de área la presentación de proyectos novedosos que catapulten la empresa a mayores niveles de productividad y/o nuevas áreas de crecimiento y vincularse a las discusiones estratégicas desde el principio.

Este enfoque proactivo le permitirá brindar aportes valiosos durante todo el proceso de desarrollo de la estrategia, en lugar de simplemente aprobarla al final. La participación temprana ayuda a los miembros de junta a comprender los supuestos, juicios y alternativas consideradas por la gerencia, contribuyendo de manera efectiva en la formulación de la estrategia.

En este proceso es sano que la junta cuestione los supuestos de la gerencia, evalúe otras opciones y haga un balance de las competencias y recursos disponibles. Además, con la diversidad de experiencias y perspectivas que poseen los diferentes miembros de la junta y su capacidad de entender las aspiraciones de los accionistas, puede hacer aportes importantes en la discusión del futuro de la empresa.

Una vez se inicia con la implementación de la estrategia la junta debe evaluar periódicamente el avance real de cada proyecto contra el presupuesto y que los principales indicadores estén controlados. Este monitoreo le permitirá identificar cualquier desviación y tomar acciones correctivas según sea necesario.

La junta deberá mantenerse informada sobre la evolución del mercado, las reacciones de los competidores y en general cualquier evento que pueda afectar los programas trazados. Así podrá ayudar a la gerencia a identificar obstáculos e introducir correctivos.

El gran desafío de las juntas es equilibrar su papel de supervisar la gestión sin involucrarse en las operaciones diarias. Promover debates entre junta y gerencia para delimitar las responsabilidades de cada uno pueden ayudar evitar malentendidos.

La composición de la junta, con profesionales con diferentes competencias, experiencias y con capacidad de evolucionar del disenso al consenso, se convierte en el mejor grupo de asesores para la formulación de la estrategia. Aun así, es conveniente su participación en programas de actualización para garantizar que tienen todas las herramientas y conocimientos necesarios para los debates sobre el futuro de la empresa.

La presencia de mayoría de miembros de junta verdaderamente independientes es de gran valor, en la medida que da garantías en cuanto a la objetividad e imparcialidad de las recomendaciones. No olvidar que el nivel de independencia entre accionistas, junta directiva y equipo de gerencia es una medida de buen gobierno.

Las exigencias para los miembros de juntas son cada vez mayores y se están viendo obligados a dedicar más tiempo y atención a sus crecientes responsabilidades. Bien harían los accionistas en hacer estudios juiciosos para determinar su remuneración.

Las juntas directivas enfrentan desafíos enormes: deben pedir rendición de cuentas, evaluar el desempeño del gerente y su equipo, confirmar que los sistemas de control son válidos, evaluar los riesgos y los más importante, definir con la gerencia el futuro de la empresa.

El gobierno corporativo seguirá en constante evolución, asignando un papel más estratégico a las juntas, así como mayor compromiso de crear valor e impulsar un crecimiento sostenible.

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