ANALISTAS 31/01/2025

¿Petro, igual a Trump?

Ricardo Mejía Cano
Gerente de Saladejuntas Consultores

El recién elegido presidente Trump en su discurso de posesión mencionó ciertas desventajas que las empresas norteamericanas tienen al pasar por el Canal de Panamá. Sin entrar a considerar la veracidad de varias de sus afirmaciones, que dejan muchas dudas, su principal inquietud es buscar una manera de intervenir en el manejo del Canal, para obtener los beneficios que, según él, su país como constructor y muchos años operador del canal debía recibir.

El Canal de Panamá es una de las vías de comercio más congestionadas del mundo: por allí pasa 5% del comercio mundial y 66% del comercio marítimo entre la costa este y oeste de Estados Unidos.

Sin embargo, no mencionó el presidente Trump el atraso en que se encuentra la infraestructura norteamericana.

Según el último índice de competitividad del Foro Económico Mundial, la infraestructura de EE.UU. ocupa el puesto 13 a nivel mundial, siendo superada por países como Alemania, Japón y Francia, que cuentan con sistemas de transporte modernos y eficientes.

El sistema ferroviario estadounidense se quedó obsoleto. Mientras en China existen trenes de alta velocidad que alcanzan los 350 km/h, en EE.UU. las velocidades no superan los 160 km/h. A pesar de contar con más de 225.000 km de vías ferroviarias, su sistema ferroviario es poco competitivo frente a otras opciones. Un sistema moderno de trenes tiene costos de transporte significativamente menores al transporte por carretera.

El sistema de carreteras norteamericano también presenta un considerable deterioro. La administración Biden anunció un plan de infraestructura de más de US$1,2 billones en 2021, pero aún no se ven las mejoras.

Con un sistema moderno de ferrocarriles y carreteras EE.UU. podría abaratar el transporte entre las costas oeste y este y ser una alternativa competitiva al paso por el canal.

El presidente Petro debía pelear menos con Trump, Milei, Bukele, Uribe y otros mandatarios y empezar a gobernar. En lugar del tren bala que quiere en La Guajira que, igual que todas sus otras propuestas que no tiene ninguna viabilidad, debía concentrarse en terminar toda la infraestructura que se venía construyendo y que él paralizó. También aprovechar la coyuntura actual e invitar a Trump y a los empresarios norteamericanos a construir, con base en alguno de los muchos estudios que existen, un canal interoceánico.

Colombia cuenta con un gran potencial para desarrollar un canal alternativo al de Panamá y la coyuntura actual podría facilitar acuerdos con inversionistas extranjeros. Empresas de Estados Unidos, interesadas en diversificar sus rutas comerciales, podrían ver en Colombia una opción viable, especialmente si se les ofrecen incentivos y estabilidad jurídica.

Confiemos en que el presidente Trump pronto aterrizará su discurso, y en lugar de pelear con sus vecinos y socios de Latinoamérica, se concentrará en su propuesta AMERICA FIRST, que se debería referir al continente como una gran región.

Petro y Trump se creen la redención de la tierra. Ambos son indeseables, mentirosos, populistas y no tienen problema en saltarse las normas. La gran diferencia: el segundo ejecuta mientras el primero, fuera de escribir mensajes en X, no tiene ninguna otra habilidad. A Petro ya se le venció el plazo y nos dejará un país con la infraestructura, la seguridad, la educación, la salud, la equidad, etc. con los peores indicadores de las últimas décadas. Trump apenas empieza y entró con ganas.

Nota: Colombia se encuentra en uno de los peores momentos de su historia. Mientras tanto, los líderes políticos, académicos, gremiales y empresariales que defienden los valores democráticos son incapaces de buscar acuerdos para sacar al país del abismo. Que no quede la más mínima duda, si no actuamos unidos, Petro se perpetúa.