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Las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, Todos Por Un Nuevo País: Paz, Equidad y Educación, fueron presentadas a fines de la semana pasada y su texto, que es todavía una versión preliminar para discusión por parte del Consejo Nacional de Planeación, se hizo público en estos días. Una primera hojeada al documento, permite entrever que es un Plan muy sustancioso y ambicioso, además de verificable ya que establece metas cuantitativas para cada uno de sus objetivos. Su primera parte establece los grandes económicos y sociales de la Administración Santos II y define las denominadas estrategias transversales requeridas para lograrlos. Los grandes pilares, como lo expresó el Presidente Santos en su discurso del pasado siete de agosto, son la paz, la equidad y educación, metas que el documento argumenta son un círculo virtuoso. Los objetivos del nuevo Plan son ciertamente más amplios que los buscados en anterior, Prosperidad Para Todos, que otorgaba un énfasis principal, aunque no exclusivo, a la recuperación del crecimiento económico, a través de “locomotoras”.
Para el logro de los objetivos se plantean cinco estrategias: la infraestructura y la competitividad, la movilidad social, la transformación del campo y el crecimiento verde, la consolidación del estado de derecho y el buen gobierno. El Plan considera que la estrategia de infraestructura y competitividad es necesaria para fomentar el crecimiento, el desarrollo humano y la integración de los territorios. La de movilidad social involucra las políticas de educación, salud, empleo y los programas específicos en cada área y plantea la continuidad de programas exitosos que se vienen llevando a cabo para promover la equidad como el de Familias en Acción que tuvo origen en la Administración Pastrana. Sobre el tema rural y agropecuario, la estrategia de transformación del campo se fundamenta en los trabajos y las recomendaciones que viene planteando La Misión Rural encabezada por el exministro José Antonio Ocampo y que busca cerrar las brechas económicas y sociales entre la ciudad y las zonas rurales. La consolidación del estado social de derecho, de acuerdo a los lineamientos del documento, pretende ampliar y profundizar el sistema democrático en Colombia, promover los derechos humanos y la justicia como bases para consolidar la paz y la convivencia entre los colombianos. Por su parte, la estrategia de buen gobierno, sobre lo cual ha recabado el Presidente Santos desde hace varios lustros, está encaminada a consolidar un estado moderno, más transparente, eficiente y eficaz.
Establecidos así los objetivos y estrategias del Plan, el cuerpo del documento entra a justificarlos, detallarlos y, como se dijo atrás, a establecer metas cuantitativas precisas para poder hacerle su debido seguimiento. Su carácter más global y su énfasis político y social, antes que económico y presupuestal, así como la iniciativa de establecer metas precisas, le distingue de los planes de desarrollo que viene preparando el Departamento de Planeación desde los años sesenta. Estas, de acuerdo con el Plan, son de dos tipos: metas trazadoras para los tres grandes pilares y metas intermedias para las estrategias. A título ilustrativo sobre las metas establecidas, cabe destacar, por ejemplo, que se busca reducir los municipios con alto índice de violencia de 25% en 2013 a 16% en 2018 y los de pobreza rural de 42,8% a 16%. Para terminar, cabe destacar que la última parte del documento trata el tema macroeconómico y establece las metas de crecimiento del PIB. Estas son ciertamente ambiciosas, pues se busca pasar de 4,6% en 2015 a 6,2% en 2018. El Plan tiene gran relevancia para el país y es digno de estudiar y discutir en detalle.