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La batalla contra el covid-19 en Colombia ha continuado siendo muy intensa en las últimas semanas. La prioridad del Gobierno se ha centrado en el tema de la salud pública y la forma de mitigar la propagación del virus y fortalecer la capacidad de atención hospitalaria mediante la instalación de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI). Con todo, como ha sido reconocido por las autoridades, hay una escasez de respiradores en el mundo que se busca solucionar, y se registra una insuficiencia de la pruebas contra el virus para dar confianza suficiente para asegurar que la reapertura de la actividad económica no va a disparar el contagio, que, parece comenzar a desacelerarse gracias al aislamiento social, que se prolongó hasta el 11 de mayo.
En términos de la protección a los grupos más vulnerables se puede afirmar que los avances han sido significativos. En el curso de las dos últimas semanas se ha logrado entregar apoyos a familias pobres a través de los programas de Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Adultos Mayores, además de devoluciones del IVA a los estratos 1 y 2, así como el desarrollo del nuevo programa de Ingreso Solidario desarrollado por el DNP dirigido a aquellos grupos no pobres de ingresos bajos típicamente de trabajadores informales que no se encontraban cubiertos por ningún programa público. El conjunto de estos programas cubre cerca de siete millones de familias. Además, se están otorgando apoyos al pago de los servicios públicos y otros subsidios por parte de los gobiernos locales.
En cuanto a las acciones para consolidar la salud de la economía, la prioridad gubernamental ha girado en torno a salvaguardar el empleo y el pago de salarios a los trabajadores. El mecanismo escogido ha sido el de otorgar, por medio del Fondo Nacional de Garantías (FNG), garantías hasta por 90% de los préstamos que otorgue el sector bancario a las pequeñas y medianas industrias. Estas acciones vienen desarrollándose progresivamente aunque, mientras se perfeccionaba la regulación, se registró una velocidad menor a la deseada dada la situación tan apremiante.
Por lo demás, para dotar de liquidez a la economía, el Banco de la República ha procedido a rebajar las tasas de interés a la que suministra liquidez al sector bancario y a proveer recursos por medio de operaciones Repo y compras definitivas de títulos públicos y privados, al tiempo que ha asegurado la liquidez externa mediante operaciones “forward” en el mercado cambiario y el acceso a divisas mediante la Línea de Crédito Flexible del FMI.
La estrategia gubernamental se viene adelantando dentro del marco permitido dentro por la Regla Fiscal y de estabilidad de precios que tiene como mandato el Banco de la República. No obstante las acciones desplegadas, se viene observando una fuerte recaída de la actividad económica, que podría, según los expertos, ser cercana al 2,5% del PIB en el año en curso.
Más aun, se han presentado proyecciones inclusive más pesimistas como las de Fedesarrollo que prevén un escenario medio de caída del -5%. Esperemos que la estrategia de prolongar el aislamiento, al tiempo que se liberan sectores de la actividad económica con los debidos protocolos para evitar el contagio entre los trabajadores resulte exitoso y permita que la baja de la actividad económica y el consiguiente incremento del desempleo no resulte ser precipitoso.