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Como ha sido ampliamente destacado ante la opinión pública, la semana pasada los presidentes de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Paraguay, además de Guyana, firmaron la ‘Declaración de Santiago para la renovación y fortalecimiento de la integración en América del Sur’, que creó Prosur. En su instalación, el presidente Sebastián Piñera de Chile explicó que Prosur “va a ser un lugar de coordinación y también un lugar para enfrentar y resolver problemas y asumir y enfrentar oportunidades que nos son comunes” y reiteró que se abordará, de manera flexible y con carácter prioritario, temas de “integración en materia de infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad y combate al crimen, prevención y manejo de desastres naturales”. La declaración afirma que los requisitos para participar en dicho organismo será el de “la vigencia de la democracia”. La creación del nuevo organismo no tuvo, sin embargo, el apoyo de los gobiernos de izquierda de la región e inclusive algunos órganos de prensa lo han criticado, como fue el caso de la revista The Economist al argumentar que, a su juicio, Prosur no es la manera de unir a Suramérica y considera que hubiese sido mejor reorganizar a Unasur.
Respecto a las economías mayores de los países miembros de Prosur caben hacer unas comparaciones de sus principales indicadores y resaltar, sobre todo, el mejor comportamiento relativo de los tres países andinos Colombia, Chile y Perú. Estos tres países han registrado las mayores y más estables tasas de crecimiento en lo corrido del siglo XXI. Estos tres países también son los que han seguido el manejo macroeconómico más ortodoxo y los que desarrollan las políticas más amigables con la economía de mercado. En el caso de Chile, cabe destacar que es la que registra el mayor ingreso por habitante pues alcanza cerca de los US$15.000 frente a US$6.000-US$7.000 en los casos de Colombia y Perú. Asimismo, se debe reconocer que en las últimas décadas ha sido la economía más estable de América Latina y se estima que su tasa anual de crecimiento del PIB, al igual que en el caso de Perú, ascendió a 4% anual en 2018, superior a 2,7% que registró Colombia. En 2018 se estima que la tasa de crecimiento de Brasil fue de 1,1%, en tanto, que Argentina registró una caída de 2,6%.
Los tres países andinos también tienen bancos centrales independientes y han sido exitosos en el control de la inflación, mediante el uso de los esquemas denominados de inflación objetivo. En el ámbito de la política fiscal también han ejercido un buen control del déficit público, gracias al establecimiento y operación de reglas fiscales en Chile y Colombia. Los tres países gozan igualmente de grado de inversión y tienen amplio acceso al mercado internacional de capitales registrando los menores márgenes en sus costos internacionales de financiamiento, medidos sobre indicadores como la tasa Libor o el CDS. Su comportamiento económico en las décadas recientes ha sido muy superior al de Argentina y Brasil, los dos países de mayor tamaño también miembros de Prosur. De allí el liderazgo de los presidentes Piñera y Duque dentro de la nueva organización. Es fundamental que Prosur cumpla con sus objetivos y que no se convierta en un organismo politizado y burocrático como ha sucedido con la propia Comunidad Andina, CAN y más claramente con Unasur.