Uno de los temas de debate y reflexión en Colombia es lo que viene sucediendo con el mercado de capitales. Se indagan los motivos que han permitido un uso indebido de los recursos del mercado de capitales, como las pirámides y más recientemente Interbolsa. La experiencia con la crisis financiera internacional indica que ese tipo de ilegalidades se dan por una inadecuada regulación y supervisión financiera. En estudios sobre nuestro país se ha sugerido fortalecer la supervisión en aspectos tales como la fijación de un período fijo para el Superintendente, el establecimiento de una Junta Directiva, la protección legal de sus funcionarios, y el fortalecimiento de la coordinación ínter-institucional.
Pero, adicionalmente, se debería trabajar en la ampliación del ámbito de la Superintendencia para controlar negocios financieros que generan arbitrajes regulatorios como la medicina prepagada, la previsión exequial y las fianzas. También, mejorar los estándares de información de los emisores al mercado de capitales y, ante todo, castigar con sanciones ejemplarizantes a los casos de falta de ética y abuso en el uso de los recursos.
Otro tema que se viene analizando son las oportunidades que ofrece el mercado de capitales a la economía colombiana, y las estrategias para promover su profundidad y liquidez. El mercado de capitales es un instrumento dinamizador del crecimiento económico y de promoción de la democratización de la propiedad, la distribución de la riqueza y el bienestar social. Un mercado bien desarrollado hace más competitiva la industria nacional al reducir el costo del capital, al tiempo que le permite a la economía diversificar sus fuentes de financiamiento. Para ello se requiere incrementar el número de empresas listadas en el mercado local, atraer un mayor flujo de inversiones desde el extranjero, e internacionalizar el mercado local, mediante la integración regional, propósito que se busca con el Mila. Asimismo, es necesario profesionalizar los participantes del mercado y, en general, incrementar la educación financiera en el país.
En el país también se cuestiona si la insolvencia de la comisionista de mayor tamaño ha causado un riesgo sistémico; si la baja registrada en la actividad bursátil es reflejo de ello y sobre las medidas requeridas para prevenir futuros abusos y fortalecer el mercado. Al respecto, debe resaltarse que la liquidación de Interbolsa fue ordenada, y no tuvo consecuencias sistémicas reflejadas en una crisis bursátil. A diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos con entidades como AIG, aquí no se dieron apoyos para la sobrevivencia de una entidad que podría considerarse como demasiado grande para fallar, “too big to fail”.
La Bolsa de Valores de Colombia no ha cesado en su empeño de promover el crecimiento e internacionalización del mercado local y con el concurso de comisionistas y autoridades ha buscado restablecer completamente la confianza del público. En el país se reconoce que el gobierno ha promovido el mercado de deuda pública interna, y se recomienda impulsar de manera mas activa el mercado de deuda privada, acciones, derivados y el denominado segundo mercado. El Ministro de Hacienda ha manifestado que es prioritario mejorar la oferta de recursos de financiación e incrementar las opciones de activos a los inversionistas y ha destacado que se vienen dando avances en la regulación para la promoción del mercado, mediante los decretos 1242 y 1243 del año en curso.
En fin, existe un consenso nacional en el sentido que se debe promover y fortalecer el mercado de capitales y se concluye que la caída del mercado ocurrida recientemente obedece más a los anuncios de la Reserva Federal de retirar los apoyos de liquidez a su sistema financiero que a lo sucedido de manera desafortunada y abusiva en Colombia.