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Una de las grandes fortalezas de una ciudad como Medellín es que aún con los cambios de líderes, partidos políticos o movimientos sociales que llegan a la Alcaldía, se ha dado continuidad a los proyectos valiosos y además se ha protegido sobre todas las cosas a EPM, la empresa insigne de los paisas que genera más de $1,5 billones en transferencias.
“EPM, fue creada el 6 de agosto de 1955. A través del Acuerdo #58, el Consejo Administrativo de Medellín fusionó en un establecimiento autónomo cuatro entidades hasta ese momento independientes: Energía, Acueducto, Alcantarillado y Teléfonos. El 18 de noviembre de 1955 la Alcaldía de Medellín reglamentó la existencia de EPM con la expedición de los Estatutos (Decreto 375), y el 25 de noviembre de ese mismo año la sancionó el gobernador.
Pero fue sólo en enero de 1956 cuando realmente EPM inició su vida administrativa”. Su existencia es trascendental no solo para Medellín y los demás municipios antioqueños, sino también para Colombia brindando seguridad energética durante los próximos años para todos nuestros ciudadanos.
Por estos días se encuentra en curso un proyecto de acuerdo en el Concejo de Medellín, que tiene como iniciativa darle facultades pro-tempore al alcalde para que modifique el objeto social de esta gran empresa. Bajo la justificación de incursionar en otras áreas de negocio y con la promesa de un estudio que aún no ha sido entregado a la ciudadanía, la alcaldía de Medellín pretende prestar servicios de corresponsal de entidades aseguradoras y realizar comercialización masiva de pólizas de seguros, servicios turísticos, monetización de bases de datos y servicio de analítica, comercialización de biosólidos, entre otros.
Al respecto algunas consideraciones a tener en cuenta:
1. El proyecto muestra de manera clara como un obstáculo, los compromisos que se tienen con los acreedores y el riesgo que tiene el cambio de objeto social sobre lo anteriormente firmado. El Concejo se desprendería de facultades para que el alcalde discuta las modificaciones con los acreedores. No tiene sentido.
2. Algunas modificaciones son entendibles debido a los cambios en las tendencias energéticas que provienen de la cuarta revolución industrial y la transformación de las ciudades. Sin embargo, ¿Qué hace EPM prestando servicios turísticos, vendiendo seguros, monetizando bases de datos, etc?
3. Se amplía tanto el objeto social que es posible que el objeto principal referente a la prestación de un servicio público ya no sea el principal, siendo este enfoque la clave para el éxito empresarial de una de las empresas más boyantes de la región. Si es así, entonces debe decirse de manera clara a la ciudadanía.
4. Esta discusión debe darse en un marco coyuntural diferente, la situación actual puede quitarle trascendencia a este importante debate. Sería clave que la Alcaldía y el Concejo Municipal concentraran sus esfuerzos en la salud de los medellinenses y su recuperación empresarial.
El artículo cuarto del proyecto de acuerdo habla de un estudio técnico para soportar las facultades extraordinarias y las actividades y servicios adicionados al objeto actual de EPM. Qué bueno que en la Alcaldía entiendan que en la democracia no es mejor pedir perdón que pedir permiso y que el estudio técnico debe ser realizado y difundido de manera previa a lanzar a la discusión un proyecto de acuerdo. Esta práctica se va volviendo costumbre en esta Alcaldía.
No todo está mal, no todo se debe cambiar, la premisa de suponer que uno puede hacer todo mejor y que todo se debe cambiar, parte de creer en los mesías políticos que hacen todo mejor que todos y rompe la tradición y continuidad que tanto desarrollo le ha traído a nuestro departamento.
Es cierto que las fuentes de energía alternativa están teniendo mayor relevancia en el mundo y que en ese sentido, EPM debe evolucionar con mayor fuerza, sin embargo, esto no puede ser disculpa para que la empresa más valiosa que tiene Antioquia pase a ser una miscelánea.