Analistas 31/01/2025

Esos sí tienen razón

La República Más

Maritime Archeaology Consultants, MAC, tiene razón al contemplar una posible y barata demanda al Estado colombiano por US$50 millones. Se le ha puesto conejo desde 2015, después de que desembolsaron los dineros y proveyeron la ciencia donde un sabio arqueólogo les dijo que iban a encontrar el San José y lo encontraron. Se contrapone a la fantasiosa Sea Search Armada que no encontró nada y no ha hecho sino recurrir repetidamente ante los tribunales, y pescar esperando errores en las defensas de Colombia para adquirir derechos inexistentes, hasta ahora sin éxito. Es una manera de mantener a sus influyentes accionistas esperanzados, y accionista expectante, accionista contento.

Fue el arqueólogo y presidente de la Fundación San José, el cubano Roger Dooly, quien dedujo que la batalla por el San José acaeció más al oeste y más lejos de lo que se había pensado. El conde de Casa Alegre, comandante de la Flota de Galeones, viró hacia el noroeste y hacia el oeste antes de lo que comúnmente habían deducido los historiadores, a los que confundió el punto fijo Isla Tesoro, que aparecía con frecuencia en los documentos. Con esa intuición y mucha, mucha tecnología de punta como la del renombrado instituto oceanográfico Woods Hole de Massachussets, se dio con el San José. MAC invirtió US$7 millones en la juguetería descubridora y en sabios como el mejor intérprete de fotografía submarina de mundo. Ahora quisieran cobrarse eso, más daños y perjuicios.

El anuncio del descubrimiento del San José de dio en diciembre de 2015. Los accionistas de MAC todavía esperan que se dé curso a la APP, que debía firmarse en seguimiento a la demostración de que se había dado con el San José. Estuvo a punto de hacerse realidad dentro de los términos de la Ley 1675 de 2013 bajo el presidente Santos. Durmió el sueño de los justos bajo Iván Duque, cuando ya las circunstancias habían cambiado. En diciembre de 2021, el San José fue declarado Patrimonio Cultural Nacional por el Consejo de Patrimonio Cultural, y por lo tanto, inalienable y e inajenable. Lo de Petro es con la Armada Nacional, con su toque de nacionalismo surrealista, la que todavía está esperando los fondos para jugar en las grandes ligas. Es como el sueño de la Monarquía Universal de Felipe II, que nunca pasó de una esperanza, como lo recordaba don Sancho Jimeno, el héroe de Bocachica contra los franceses en 1697.

Los accionistas de MAC, ya con otra envoltura, han insinuado que podrían estar quizá dispuestos a invertir el producto de la eventual demanda en una expedición arqueológica para estudiar y conservar el San José. Sería una generosa oferta en sus términos, y sin retribución, que el gobierno colombiano bien podría considerar. Como si MAC demanda tiene todas las de ganar, no sería mala idea sentarse a conversar. Ya hace un año, Petro había ordenado que se le pagara lo gastado en la expedición inicial. Nada pasó. MAC tiene toda la razón. Nada huele peor que un mal pleito.