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Otra vez flota el Galeón San José en un océano de folios. Sea Search Armada (Glocca Morra), la primera en ir tras él, acusa a Colombia frente a un Tribunal de Arbitramiento, que según el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, mira porque las inversiones de ellos y sus contrapartes tengan justo trato. Una paradoja: Sea Search se gradúa de buscador de tesoros a inversor. Es la naturaleza de sus influyentes capitalistas originales, congresistas, artistas de Hollywood, y su pedimento es descomunal. Se ha hablado de US$17.000 millones. Es el monto de los supuestos daños y perjuicios y sus derivativas.
Los orígenes de Sea Search Armada fueron modestos. A partir de un naufragio conocido, contrataron a un reputado investigador que buscó antecedentes de él en el Archivo General de Indias y dedujo el área aproximada de su hundimiento en la inmensidad del Caribe al oeste de Cartagena. Con esta información, Sea Search solicitó permiso a la Dirección Marítima Colombiana para explorar una zona precisa y limitada en busca de un tesoro que, de encontrarse, sería repartido 50/50 con una entidad de beneficencia colombiana. En 1982, bingo: la empresa denunció allí unas coordenadas que afirmó eran las del Galeón San José. En 2007, la Corte Suprema confirmó que Sea Search Armada tenía derecho a 50% del contenido del Galeón, siempre y cuando este se hallase en las coordenadas denunciadas en 1982. Un ente jurídico cobraba vida. Claro que la Corte se precavió: lo primero para tener derecho a un tesoro es encontrarlo.
Antes del fallo de la Corte, habían surgido muchas dudas sobre la idoneidad de Sea Search para llevar adelante una expedición arqueológica tan compleja con la tecnología de los años 90 en un sitio que ya se consideraba de significación universal. Eso demoró intervenir un lugar que se catalogaba ya como patrimonio cultural nacional. Por otra parte, en 1994, el gobierno condujo una exploración en las coordenadas denunciadas. No se encontraron ni huecos de cangrejos. Mas aún, en 2015, otros exploradores con permiso de la Nación fueron a buscar el San José con otras premisas y otras técnicas, y lo encontraron a más de 8 km del área contratada originalmente con Sea Search Armada. Hoy, Sea Search ha reconocido que el Galeón no se está en a coordenadas denunciadas en 1982. Sus derechos son morales.
Como con la búsqueda quimérica de El Dorado que recordaba don Sancho Jimeno, el héroe de Cartagena en 1697, Sea Search tendrá que hilar muy delgadito, para encontrar un asidero creíble. Deben ser muy hábiles sus abogados, pero de todo hay, aunque conviene recordar que Colombia ya ha vencido a Sea Search en juicio por dos veces en tribunales norteamericanos sobre la misma litis. La Agencia Nacional para la Defensa Jurídica del Estado ha contratado excelentes abogados para defender del absurdo y de que no le creen derechos espurios por aquello de que no solo hay que ser dueño de derechos incontrovertibles, sino también saberlos defender.