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Las reformas de los años noventa impulsaron la inserción de Colombia en la economía internacional. Esto se hizo a través de la apertura comercial; por medio de la política monetaria y cambiaria; por la liberalización de la inversión privada extranjera en el país y la de empresas colombianas en el exterior; y por la suscripción de acuerdos de libre comercio con Canadá, Estados Unidos, la Unión Europea, Corea y los países de la Alianza del Pacífico.
Ha tenido lugar una creciente presencia de empresas multinacionales en el país, a la vez que han surgido empresas multilatinas colombianas.
Hay un número significativo de colombianos adelantando estudios de posgrado en el exterior. Han crecido el turismo internacional y el interés por aprender idiomas extranjeros. Se ha hecho menos restrictiva la actitud hacia los inmigrantes. A raíz de la crisis económica en la nación vecina, han sido acogidos varios millones de venezolanos.
Colombia es miembro de la Ocde y socio global de la Otan. Ha sido declarado socio estratégico de Estados Unidos. El Banco de la República hace parte del Banco Internacional de Arreglos de Basilea, el grupo de los principales bancos centrales del mundo.
La mayor interacción con el mundo exterior inducida por las reformas mencionadas ha influido sobre la forma como se administran las empresas, los medios de comunicación y los centros académicos. Si bien algunas de las transformaciones ocurrieron en forma gradual, el efecto acumulativo en el transcurso de los años ha sido considerable. Un cambio inicial de grado terminó convirtiéndose en un cambio de naturaleza. Casi sin haberse dado cuenta, de manera imperceptible, sin estridencia, Colombia se ha globalizado.
Es notable el cambio de mentalidad que ha tenido lugar en un país cuya clase dirigente se distinguía por la introspección. El ataque de un misil ruso a un restaurante en Kramastorsk hirió fatalmente a la prestigiosa escritora ucraniana Victoria Amelina. Amelina estaba acompañando y sirviendo de guía a tres intelectuales públicos colombianos que habían asistido a una conferencia literaria en Kiev: Héctor Abad, Catalina Gómez y Sergio Jaramillo, creador de la campaña ¡Aguanta Ucrania!
Los beneficios de la globalización son mayores que sus costos. Pero ésta debe manejarse con cuidado y sobre todo, debe ser selectiva. Hay agrupaciones internacionales que no le convienen a Colombia. Ese es el caso de los Brics, un grupo integrado por China, Rusia, India, Brasil y África del Sur, al cual pretenden ingresar Venezuela y Argelia. Aunque fue creado como un concepto económico, su orientación es de tipo geopolítico.
Tanto China como Rusia son adversarios de las democracias occidentales con las cuales Colombia tiene estrechos vínculos económicos y de seguridad. Tratan de remplazar el orden internacional multilateral por otro en el cual sean aceptables las soluciones de fuerza. Su visión del mundo es incompatible con la tradición de política exterior colombiana y con el interés nacional.
