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Analistas 11/04/2025

El gas de la demanda

Sandra Fonseca
Directora Ejecutiva de Asoenergía
La República Más

Desde Asoenergía, esta semana escucharemos atentamente las propuestas que tiene la oferta de gas natural en el país en el evento anual de la oferta, Naturgas, donde según su propio lema se podrá, entre otras cosas, analizar: “El posicionamiento del gas natural como un recurso esencial en el desarrollo económico y social del sur global”. Para entender el alcance de lo que veremos, presumimos que se escucharán las voces calificadas y se darán a conocer en el evento más importante del sector temas empresariales esenciales y, según su agenda, “se explorarán temas clave como la seguridad energética, la regulación del mercado, la adopción de tecnologías limpias y el papel del gas natural y los gases renovables en la diversificación de la matriz energética”.

Este energético representa más de 31% de la composición energética primaria del país, paralelamente dentro de su canasta, la demanda industrial llamada no regulada cuenta con el gas que constituye más de 30% de los energéticos que utiliza. Esperamos oír allí, cómo se abastecerá la demanda con importación y con nuevos recursos de gas natural off-shore dentro de algunos quinquenios. Seguramente se darán buenas noticias, con una visión optimista de la oferta y asumimos que Ecopetrol, el mayor productor de gas del país, también hará anuncios jubilosos y positivos para tranquilizar el mercado.

En gas natural, tras cinco años de la pandemia y tres años de la invasión de Rusia a Ucrania, aún se presentan a nivel mundial desequilibrios y gran incertidumbre. Siendo Europa y Asia los principales importadores de este energético, liderados por China, India y el aumento de las economías emergentes del sudeste asiático con un aumento de la demanda de cerca de 45% promedio en la región Asia - Pacífico. Esto se explica por el impulso de las necesidades de la industria y el consumo en el sector de la generación eléctrica, así como el desplazamiento que está teniendo el petróleo y sus derivados para la generación eléctrica, combustibles para barcos y transporte. Mientras tanto, en América el crecimiento fue de 1,7% y el crecimiento en Europa fue marginal, para un crecimiento mundial de 2,8%. En el caso particular de Europa, que fue el segundo mayor importador del energético a nivel mundial en 2022, ha disminuido las importaciones, pasando de cerca de 26.000 MMC a cerca de 24.000 MMC. El caso de Estados Unidos es particular, ya que ha reducido el nivel de participación en las importaciones de Europa, pasando de 3.617 MMC a 2.156 MMC, inclusive por debajo de Rusia, que para 2024 suministró 2.266 MMC. En igual sentido, Argelia y Túnez han visto disminuida su participación, pasando de 4.520 MMC a 3.377 MMC, mismo caso de Qatar, que ha pasado de 1.898 MMC en el 2023 a 907 MMC.

Bajo este panorama, en 2024 el precio del energético en los mercados internacionales ha tenido una tendencia alcista pasando de valores de entre 9,53 US$/MBTU a 11,49 US$/MBTU, a valores que están entre 13,84 US$/MBTU a 15,26 US$/MBTUD al finalizar 2024. En lo corrido de 2025 el precio está a la baja en estos mercados luego de un gran pico a principios de febrero, con la excepción del Henry Hub (EE.UU.) que ha pasado de 2,51 US$/MBTU en enero de 2024 a 4,08 US$/MBTU marzo. Es importante resaltar que durante 2024 se registró el precio de gas más bajo de la historia en este mercado, con 1,58 US$/MBTU para el 15 de febrero de 2024. Sin embargo, en Colombia, el cierre de 2024 y el inicio de este año, están marcados por la discusión sobre la confiabilidad, centrada en los niveles de importación de gas natural licuado, GNL, y con los precios más altos de los últimos 30 años, en los últimos años en los precios afectados primero por la inflación y segundo por la falta de expansión y de oferta competitiva de gas doméstico. Es además claro, que no hay seguridad para atender plenamente a la demanda total del país entre 2026, 2027 y 2028, por lo menos.

El efecto en los precios del gas es evidente, porque las transformaciones asociadas a fuentes de importación hacen el gas más costoso; y además porque los contratos de abastecimiento interno están terminando sin posibilidad de renovación, lo que lleva a tener que abastecerse en el mercado secundario en plazos inmediatos y con valores de gas mucho más altos. Claramente, hay riesgo de seguridad energética en términos de confiabilidad y en acceso a precios competitivos. Es evidente que no somos autónomos ni autosuficientes en el suministro de gas, lo que implica la dependencia de fuentes internacionales. El problema ya no es que requiramos gas importado, el problema es que se requiere controlar los precios internos para que no se lleven a precios internacionales, y que se aseguren las fuentes de importación, que no aún no están definidas plenamente.

Desde la demanda hemos sido claros en que para los usuarios es fundamental revelar transparentemente la información y las cuentas de gas, en especial la reducción en el potencial de producción declarado, los remanentes en la producción fiscalizada y las cantidades disponibles para importar. La situación ya es crítica sin considerar el crecimiento de la demanda. La oferta está muy limitada y se va liberando a cuenta gotas, y el Gobierno habla de especulación y posible acaparamiento, mientras Ecopetrol utiliza más de 20% del gas del país (gas de regalías) para su consumo y expone a todo el mercado a precios de escasez. Estamos en mora de definir cuál es el gas de la demanda.