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La permanencia en el cargo del presidente de la Cámara es inaceptable. ¿Qué es lo que sabe Andrés Calle para que sonría delante de las cámaras luego de ser acusado de recibir $1.000 millones en su casa en un acto de presunto robo de frente de recursos públicos?
Desde el inicio de su presidencia era inexplicable que Calle acompañara a viajes internacionales a Gustavo Petro como si fuera un funcionario del gabinete y no un representante del legislativo que debía ser independiente.
Un derecho de petición que me contestó la Unidad de Gestión del Riesgo en enero demuestra que el risueño presidente de la Cámara estuvo visitando a Olmedo López en su oficina el 25 de septiembre de 2023, y luego el 4 de octubre. Esa última visita incauta sucedió 10 días antes de la reunión que tuvo en su apartamento K62 de Montería con el exsubdirector de la Unidad para la Gestión del Riesgo, Sneyder Pinilla, y 26 días antes de las elecciones en Córdoba en las que su hermano Gabriel competía para ser gobernador de ese departamento. Muchas coincidencias.
Quien debe definir si Calle es culpable o no es la Corte Suprema de Justicia. Pero su risa frente a las cámaras de la periodista Karol Galindo en el Congreso es un insulto a un país que está agotado del cinismo y la arrogancia de la corrupción.
Iván Name también debe hacerlo, mucho más por la dignidad que le profesa al Congreso con una acusación semejante. Ya es bastante claro que la huella imborrable de la corrupción será un legado que acompañará siempre a este Gobierno. El Presidente, que no se da cuenta de nada de lo que pasa, tampoco de la gestión misma de su jefe del Dapre, se ha dedicado como política pública a parlar. La estrategia es recorrer el país regañando a ministros y viceministros que dicen cualquier cosa para agradarle al Jefe de Estado mientras lo miran hacia arriba estando ellos con el público y el mandatario en una tarima, desde la que en cada plaza apunta el dedo acusador para responsabilizar siempre a alguien más de todo lo que pasa en su gestión.
Un día es su propio gabinete el culpable, otro somos los medios y la “oligarquía” a la que recurre con un manoseo imposible y populista todos los días. Curiosamente sobre Calle no ha dicho una sola palabra.
Si las acusaciones contra el actual presidente de la Cámara son ciertas, el poder de Calle, al igual que tantos otros en esta administración que decidió transar con el que fuese, es la información. Si tocan a Calle, las repercusiones para altos funcionarios podrían ser incalculables. No solo se trata de quien dirigió durante un año las sesiones en un balance positivo para las reformas del Gobierno, sino de un político con poder en su región y conocimiento de los hechos que rodean a Petro y las cabezas del Ejecutivo.
Calle hace parte de una familia con poder político tradicional en Córdoba y numerosos cuestionamientos. Es decir, la política local de siempre que está acostumbrada a comprar a quien se atreve a levantar la voz con críticas o a silenciarlo, y a creer que los recursos públicos son para el enriquecimiento propio, los lujos y la buena vida.
Señor Presidente de la Cámara, renuncie. Las acusaciones en su contra son absolutamente graves y es un acto de indignidad que usted lidere las sesiones de las leyes que se aprueban en Colombia. Su presencia en el Salón Elíptico, tanto como la de Iván Name, son una falta de respeto con el país.