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Analistas 22/03/2025

Contra Petro, la sensatez

Santiago Angel

La pregunta es cuál debe ser la respuesta de la ciudadanía que quiere un país democrático, estable y que se siga fundando en la institucionalidad, a pesar del enorme desafío. La respuesta es: sensatez.

El discurso que Petro dio ante la plaza de Bolívar el 18 de marzo tiene una insistencia en palabras y afirmaciones que asustan. “El presidente no traiciona al pueblo. Primero lo sacan en féretro”, dijo Petro ante una Plaza de Bolívar que no estaba completamente llena. Una obsesión con la muerte que es ciertamente inexplicable.

Luego, amenazó a congresistas, afirmó que “el pueblo los sacará” de allí si no se aprueba la Consulta Popular, y después agregó. “No es carreta, porque los del M-19 no aprendimos a hablar carreta”. Esta da especial temor dicha en el centro de Bogotá. Imposible no evocar las llamas del Palacio de Justicia.

En estrategia política Petro entiende perfectamente que este es su mejor escenario. El Gobierno enviará las preguntas al Senado y este tiene un mes para pronunciarse. Benedetti adoptó la teoría de que si el Congreso dilata la discusión y no se pronuncia, Petro puede convocarla unilateralmente. Hay que ver qué dicen constitucionalistas al respecto.

Y viene entonces la logística y la campaña por la Consulta Popular que tiene tres meses para ser convocada a las urnas. Pero ante la ausencia de recursos y el panorama de orden público en todo el país, el Gobierno podría quedarse en espera durante todo 2025 y prácticamente empatar la consulta en 2026. La consulta popular es una pequeña elección presidencial anticipada. Son los tiempos del plebiscito en un país polarizado por el sí y por el no en la sobre simplificación de un debate que debería ser especialmente técnico, pero que el presidente sabe cómo manipular a partir de las emociones.

Así las cosas, el Gobierno estará en las calles durante el resto del año con los recursos a su disposición, las transferencias monetarias, el poder de la administración y las cualidades del discurso victimista para echarle culpas al mundo de los problemas que el mandatario debería resolver.

En el Senado quienes aseguran que el presidente pierde con fuerza no deben olvidar que en la elección del magistrado Polo, de la Corte Constitucional, y con todo el apoyo del Gobierno, hubo 57 votos. Y en la votación para la vigencia de la reforma pensional 47 a favor del proyecto de Petro.

Lo que necesita Colombia en este momento es prudencia y sensatez. Los llamados indirectos y entre líneas a la violencia son la demostración del desespero de un Gobierno que se ha hundido en su propio desprecio por la administración pública, los cargos técnicos, la gerencia, el respeto por lo público y la planeación.

Hay centenares de casos, pero ejemplos como el de Rtvc son emblemáticos. Quienes ostentan los cargos decisivos no salen de la victimización absurda pero sí caminan a marchar para pedir ejecutar reformas que gritan acabar lo que hacen todos los días: maltratar, acosar y humillar usando el poder público.

Al Presidente y a los acosadores del disfraz no se les debe responder con la violencia que persiguen. Se les debe dar en cambio decencia y sensatez. Es curioso, pero quizás en el peor tiempo de la polarización presidencial, Colombia pueda estar listo para pasar esa página absurda.