El ministro Bonilla debe renunciar

Es verdad que el país conoce la honorabilidad del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. Yo personalmente, que he tenido un amplio contacto con él desde antes de que fuera ministro durante este Gobierno, creo que es un hombre correcto y honesto. Lamentablemente el no quedarse con recursos públicos para su propio beneficio no es suficiente en un escándalo en el que lo que está en el medio es la presión indebida a quienes sí eran corruptos para que estos les entregarán contratos a congresistas a través de municipios de sus regiones.

La entrevista que el ministro dio a Noticias Caracol, impecablemente conducida por Juan Roberto Vargas y Ricardo Calderón, es un ejemplo perfecto de una mala respuesta a una crisis de comunicación. Bonilla no solo trató de reinterpretar con palabras correctas lo que su asesora, María Alejandra Benavides, y Jaime Ramírez Cobo, asesor y mano derecha de Laura Sarabia, dijeron con palabras incorrectas, sino que no pudo explicar el interés indebido en que esos contratos para Saravena, El Carmen, y Cotorra se suscribieran de forma paralela.

Como ya sabe el país, los contratos eran por un total de 92.000 millones de pesos pero hay datos maravillosos. En Cotorra, Córdoba, por ejemplo, el contacto que María Alejandra Benavides le envió a Sneyder Pinilla fue el de Harry Bejarano. Este es el esposo de Vanessa Hodeg, secretaria general de la Gobernación de Erasmo Zuleta, de la U, pero por quien Wadith Manzur hizo campaña para las elecciones de octubre.

El señor Bejarano y la señora Hodeg borraron presurosamente sus cuentas de Instagram cuando se conoció el nombre del intermediario en el contrato. Pero lo más grave es que ese proyecto, que tenía el objeto de limpiar un simple canal del municipio que desemboca en la Ciénaga Grande de Lorica estaba presupuestado inicialmente por 25.000 millones de pesos, y en diciembre la UNGRD consideró afanosamente que ahora debían pagarse 50.000 millones. Justo cuando el ministro de Hacienda necesitaba aprobar urgentemente los créditos de la nación en la comisión interparlamentaria.

Jairo Pérez, periodista de RCN en Montería, averiguó y concluyó que con los 50.000 millones que pretendía desembolsar la UNGRD por orden de Min Hacienda se podría hacer un proyecto para limpiar toda la ribera del Río Sinú, en Córdoba. Una barbaridad.

Las palabras de Jaime Ramírez fueron “es urgente porque se trata de los créditos de la nación” y Sneyder Pinilla le dijo de manera reiterada a la asesora de Bonilla que los proyectos estaban tan mal estructurados que no se habían podido firmar. Ya sabemos por qué. Pretendían asignar 50.000 millones para limpiar el canal de un municipio de 15.000 habitantes.

Señor ministro, aunque toda la vida nos hayan dicho que la política es así, lo que hizo usted y su asesora se puede enmarcar en el camino pavimentado para la corrupción. Yo no creo que usted sea un hombre corrupto. Creo en su honestidad. Pero el fin no justifica los medios. No se puede continuar en un cargo tan importante con semejante error.