Euclides Torres, el mecenas

El buen Euclides Torres es un verdadero hombre de negocios. Sus participaciones en el sector de alumbrado público y los trámites automovilísticos lo han hecho una persona con acceso al poder y el poder le ha dejado buenas utilidades.

Torres ha sabido poner a sus fichas familiares a jugar en el Congreso para conseguir influencia política y los millones de los contratos del Estado los ha invertido de nuevo en campañas como recursos que siempre tienen reembolsos sustanciales. Jamás han sido inversiones a pérdida.

Hay dos nombres que todavía no han sido suficientemente expuestos en el organigrama de la familia Torres y sus vínculos a la política. Efraín Torres, hijo del buen Euclides, fue representante del Partido de la U de 2014 a 2018. Su perfil de la Cámara lo describe como un alto gerente de empresas de transporte y el sector eléctrico, sin aclarar que se trataba de las empresas de su padre. “Es administrador de empresas y ha cursado estudios de alta dirección y negociación, lo que le ha permitido desempeñar con éxito cargos como gerente general de empresas del sector eléctrico y de transporte; así como asesor administrativo y financiero”.

Efraín hizo una fervorosa campaña por para la reelección del presidente Juan Manuel Santos en 2014, apoyando el acuerdo de paz con las Farc. ¿Gratis? De eso dan cuenta numerosas publicaciones de él y su otro buen amigo Roque Jose Fadul Meyer, quien es representante legal de la empresa más conocida de Euclides y su familia: Simetric S.A.

Pero aquí hay una conexión interesante de los Torres con el Turco Hilsaca, otro prominente financiador de la campaña del Atlántico, aunque su dinero se quedó en la caja fuerte de Nicolás Petro. Simetric es la empresa más grande del sector de los trámites automovilísticos; ha generado una participación relevante en la construcción del sistema de trámites y pertenece a Euclides. Hace parte de un grupo de empresas de los Torres llamado Ilimitum, que aparece mencionado en una resolución de la SIC por presuntamente haberse cartelizado junto a otras firmas con el fin de evitar que otras empresas compitieran en el negocio. Fadul Meyer también logró ganarse una parte del contrato de la iluminación de Neiva junto a la empresa AGM Desarrollos del Turco Hilsaca en 2021.

AGM es la primera empresa de Hilsaca, un hombre que estuvo por lo menos dos veces en la cárcel por delaciones de paramilitares en su contra, que se quedaron esperando las investigaciones y las condenas.

Al buen Euclides y al Turco Hilsaca los unen los negocios estatales y la financiación aparentemente ilegal de campañas electorales. La tradicional práctica en Colombia de financiar campañas para comprar contratos tremendamente denunciada por el presidente Gustavo Petro en todos los gobiernos, pero que hoy no sabe cómo más justificar. Que es que la financiación de Torres fue en la pre campaña, entonces que no hay problema.

Vivir para ver cómo Gustavo Petro justifica los actos de corrupción protegidos de su propio hijo y la financiación de empresarios anclados a la teta del Estado con clarísimos intereses en su Gobierno. Parece todo un “metaverso” imposible e inimaginable, pero es la política y el cambio.

Señor Presidente, si hay una conspiración en su contra, la conspiración es de los empresarios que quisieron financiarlo ilegalmente, de su hijo, de su exembajador en Venezuela y de su gerente de campaña en el Casanare. No hay nadie que le haya hecho tanto daño como sus propios amigos.