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Señor Presidente, aquí un recuento del golpe blando del que ha hablado usted ampliamente en las redes sociales.
El golpe blando inició cuando el señor expresidente del Senado, Roy Barreras, desconoció los trámites debidos del Congreso para consolidar listas paritarias acatando decisiones de tribunales y escoger legítima y legalmente al contralor Carlos Hernán Rodríguez. También se dio el golpe blando cuando el mismo doctor Barreras eligió participar en dos fuerzas políticas y pasar de una a otra para elegirse senador.
El golpe blando pasó después a Cartagena cuando fuerzas oscuras obligaron al también senador, Alex Florez, a embriagarse como si fuera el fin del mundo; contratar una trabajadora sexual de 19 años y agredir a policías a las afueras de un hotel porque la mujer no llevaba identificación y los trabajadores del hotel no podían permitir que ingresara en esas condiciones a su habitación. Todo muy progresista.
Luego, el golpe blando se dio en la Cámara. Allí se conoció que la representante Susana Boreal contrató a quien sería su pareja en el mejor cargo de su Unidad de Trabajo Legislativo para pagarle un salario de alrededor de $9 millones sin haberse graduado de la universidad, lo que le generó investigaciones de la Procuraduría. Golpe blando.
Y la estocada del golpe blando trascendió con el juego que usted decidió darle a Armando Benedetti en su campaña, al punto de designarlo en la práctica como jefe de campaña. El golpe blando inició con Benedetti convirtiéndose en su sombra y en el primer conocedor de sus secretos. Para empezar, porque Benedetti tenía entonces por lo menos cinco investigaciones entre la Corte Suprema y la Fiscalía. La más avanzada, que estaba en indagatoria en la Corte, fue extrañamente cerrada por el fiscal Gabriel Jaimes sin más. Los delitos investigados eran nada más y nada menos que enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Importantes razones habrá tenido Jaimes para cerrarla tan rápida y beneficiosamente a Benedetti.
El golpe blando contó con el apoyo de Nicolás Petro, su propio hijo, recibiendo presuntamente dineros de ex capos de la mafia para comprarse mansiones en la Costa, además de moverse en camionetas de $400 millones de contratistas en el Meta, sin que ni usted ni nadie se enterara. Escándalo que también ha guardado mucha prudencia en la Fiscalía, al punto que ni siquiera Petro Junior ha sido llamado a declarar. El golpe blando se dio, en últimas, señor Presidente, por rodearse de un círculo peligroso para ganar las elecciones y acceder al poder fuera como fuese. Benedetti, Velasco, Lizcano, y los clanes regionales. Y ese es el verdadero golpe blando porque pasará su Gobierno expuesto a las indagaciones de la prensa sobre los secretos que el país debe conocer.
¿Qué fue lo que pasó en campaña?, ¿qué tienen que ver los Torres y especialmente Euclides Torres?, ¿qué pasó en Cartagena?, ¿quién paga los vuelos del embajador en Caracas?, ¿cuál era la suma total en el apartamento de Laura Sarabia y de dónde venían esos recursos?
Ahí está el golpe blando que es únicamente responsabilidad de sus decisiones para conformar equipo. Y, por el bien del país, ojalá no sea tan grave para que su institucionalidad se mantenga sin ningún riesgo.
