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La noticia política de esta semana fue sin duda la fotografía entre Laura Sarabia y Armando Benedetti en Palacio, con un Presidente que parecía perdido en su mutismo como si no estuviera presente o no quisiera estarlo.
La llegada de Benedetti al seno del Gobierno y de Palacio con una “oficina en el tercer piso al lado de la del Presidente y al lado de la de Laura Sarabia”, como él mismo lo anunció a la prensa cobrando una victoria, es interesante. Ambos, Sarabia y Benedetti, quisieron dar su propio mensaje a la prensa. Benedetti salió rápidamente de la reunión a cobrar su triunfo y Sarabia organizó una conversación interna con periodistas. Y al día siguiente salió en La W la versión de que un grupo de los ministros en el Gabinete habían decidido oponerse a la llegada del exembajador al Gobierno y le plantaron serios cuestionamientos a Petro.
Pero esa es solamente la versión parcial. Como lo revelamos en El Colombiano, los ministros que se quejaron, a los que luego Sarabia llamó “un jardín infantil” en una entrevista, se manifestaron también sobre ella y su exagerado poder al frente del Dapre, a pesar de una serie de escándalos que han estado a su alrededor durante todo el Gobierno. “El 90 % de la reunión fue sobre eso, no es como lo han querido contar”, le dijo una fuente de primera mano relacionada con la reunión a esta columna.
La pregunta es por qué. Y eso se empata con las amenazas que decidió realizar Sandra Ortiz esta semana también dirigidas a Sarabia. Habló de un supuesto complot y una traición de “mujeres del entorno del Presidente”. Dio todas las minucias para no dejar duda de que se refería a Sarabia en un mensaje amenazante. El libreto de Game of Thrones se queda corto para las peleas por el poder del Gobierno Petro. Y eso tiene una explicación evidente que se corresponde con sus vacíos, su desidia por la administración pública y sus deberes como Jefe de Estado.
Petro solo quiere estar dando discursos y peleando por X. Su actitud individual frente a la gestión es muy mediocre y por eso es que Sarabia, que es eficiente y una trabajadora incansable, llenó todo ese espacio, que es el de gobernar. Y Benedetti sabe de una cosa. De campaña y de los hilos del poder. Si el Gobierno no quiere perder las elecciones, como parece inatajable, necesita de las buenas condiciones de los operadores políticos. Benedetti es uno de ellos. No es solo sobre los secretos que conoce, que son muchos y serios, es también que sabe hacer política electoral, organizar bases, tiene contactos y sabe cómo son las negociaciones para los apoyos locales.
Petro no sale de Sarabia porque se le cae medio Gobierno y no sale de Benedetti porque no quiere perder las elecciones. Pero lo difícil para el Presidente es que el único camino posible de tenerlos a los dos juntos con una competencia semejante por el poder es otro escándalo y otro y otro. Laura Sarabia conoce cada detalle de la vida de Armando Benedetti porque fue su sombra por largos años. Y Benedetti conoce los secretos del Gobierno y de la campaña, como lo dejó claro en sus audios a Laura. “Será que tu jefe no hace un c..”, le dijo a su ahora jefe cuando ella le dijo que este tenía un problema con las drogas.
Y en esas manos está el Gobierno. Y en esas manos está el equilibrio institucional, la garantía democrática, la economía y la defensa de Colombia. El precio de la desidia por gobernar.