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Analistas 17/08/2024

Los influencers que quieren ser periodistas

Santiago Angel

Evidentemente esta columna tendrá una respuesta basada en los ataques personales, la discrepancia no respetuosa y el odio. Características que, nadie entiende por qué, los influencers quieren reproducir como un estándar de calidad de su contenido.

Los medios de comunicación masivos en Colombia han sido durante una historia turbulenta como la nuestra, una garantía para la democracia y la defensa de las instituciones. No fueron sino los medios los que revelaron los escándalos del proceso 8.000, los falsos positivos, Agro Ingreso Seguro, Odebrecht, Centros Poblados, o la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo. Menciono estos para hacer un recorrido simple de historias y publicaciones en varios gobiernos. El periodismo es de calidad en Colombia porque aquí hemos tenido a un grupo de periodistas prestigiosos que durante medio siglo se tuvieron que enfrentar a los enemigos más difíciles y violentos. El narcotráfico; los gobiernos corruptos; los grupos armados; el crimen organizado; los sicarios; y los políticos que pretenden la censura.

Hechos como el del magnicidio a Guillermo Cano, entonces director de El Espectador, con una bomba de Pablo Escobar que hizo temblar a media Bogotá, son el espejo de una memoria que ha significado la construcción del buen periodismo y del periodismo independiente, a pesar de los asesinos y los criminales.

Sobre los dueños de los medios puede haber buenos debates. Pero la verdad es que fueron los periodistas los que se ganaron la independencia incluso de los dueños de sus medios entendiendo con los años que este era un país tan difícil de cubrir y que las decisiones editoriales eran sagradas y solemnes. La regla en nuestro país es que los dueños de los medios no le dicen a los periodistas qué deberían decir o en qué deberían limitarse.

¿Puede haber medios alternativos de calidad? Por su puesto, siempre y cuando cumplan con el método periodístico, logren equilibrio entre sus contenidos y las cuentas y hagan una apuesta diferencial a lo que ya tiene el mercado dispuesto para las audiencias. Eso lo hacen varios pero un buen ejemplo, quizás el mejor, es La Silla Vacía.

El error de muchos de los influencers de hoy es que creen que cuentan la verdad. No es así. Los influencers no hacen periodismo, que es un intento complejo por acercarse de la forma más aproximada posible a la verdad. Así lo escribió Caparrós en una buena definición sobre lo que este oficio debería proponerse.

Los influencers hacen opinión y la opinión es solo una pequeñísima parte del periodismo. Luego, los medios alternativos en los que los influencers publican sus contenidos son medios alternativos de opinión. Lo que hace al periodismo convertirse en una institución democrática necesaria para el equilibrio y la confianza de la sociedad es que el proceso de investigación involucra filtros, editores, la experiencia de personas que llevan entendiendo la diversidad de los temas y las expresiones de un país durante décadas. Y que los procesos y la experiencia se adquieren con reportería, dando discusiones en las salas de redacción, leyendo mucho y durmiendo poco.

La tendencia de las opiniones de los influencers, por el contrario del objetivo del periodismo, que es, de nuevo, acercarse de una manera compleja a la idea de la verdad, es que insiste en sobresimplificar el mundo y lo hacen fácil y digerible a la indignación, las emociones, el repudio y el ataque.

Para una sola publicación de la historia de un periodista en un periódico puede haber cuatro o cinco filtros. Incluso más. Para la publicación de la opinión de un influencer no hay ninguno.
Los estudiantes de comunicación no deberían tener frente a sus ideales la idea de ser influencers porque no van a aprender nada de periodismo y muy poco sobre la idea de la verdad.

Un país con semejantes discusiones como este necesita moderación, sensatez y explicaciones profundas que traten de reunir todas las perspectivas posibles en los temas. Opiniones sólidas y respetuosas, investigaciones rigurosas. Sobre todo intentar entender el mundo para intentar explicarlo. Lejos de eso, los influencers quieren ser ricos, reconocidos y virales. Pase lo que pase. Por supuesto como periodista me he equivocado y creo que los medios también. Pero en el camino a la verdad la sociedad seguirá necesitando de los medios que sí son una lámparas contra el poder y los abusos.

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