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Señor Presidente, ser periodista en su Gobierno es abrumador. Los meses de positivismo y esperanza se han venido difuminando entre la realidad de un país que se parece más a una estampida furiosa que a un arcoíris de buenas intenciones en el que al final de su camino se encuentran las recetas para la felicidad. El buen discurso y el poder de la oratoria tienen sus límites en la realidad.
Esta semana, para resumir, pasaron varias cosas difíciles en paralelo. Tuvo usted que reaccionar en Mesetas a un error de su comisionado de paz, Danilo Rueda, para garantizar la vida de firmantes del acuerdo de 2016. Su reforma a la salud, que contaba con 99% de acuerdos según el elocuente ministro Alfonso Prada, se cayó por falta de sensatez de la ministra Carolina Corcho. Nueve soldados, siete de ellos adolescentes, fueron asesinados en una emboscada violatoria del DIH por el ELN, y la crisis en el sector aeronáutico volvió a estallar.
Señor Presidente, el éxito de una buena gerencia pasa por elegir buenos líderes en los que uno se sienta confiado. Hay varios ministros en su gabinete que no cumplen con esas necesidades. El ministro Iván Velásquez es un hombre decente, sensato y respetuoso de la democracia. A todo señor todo honor. Pero es imposible que luego de que usted en diciembre ordenó que en zonas de conflicto no hicieran presencia jóvenes adolescentes cumpliendo el servicio militar, esa orden haya sido un saludo a la bandera.
En La FM le preguntamos al ministro por qué su indicación no se cumplió. Respondió que en la “semaforización” del Ejército no aparecían alertas recientes para esa zona. Es decir, que en el Catatumbo, una de las regiones tradicionalmente más violentas del país y con mayor presencia de actores armados, no había alertas.
Señor Presidente, es verdad que la crisis aeronáutica es producto de unos empresarios negligentes e irresponsables que decidieron continuar vendiendo tiquetes a pesar de que sabían que su situación financiera era insostenible. Sin embargo, lo que está pasando en la Aeronáutica Civil es grave. En los últimos días fueron revocados dos millonarios contratos que tenían todo tipo de conceptos negativos por los técnicos de la entidad pero que alguien parecía obsesionado en adjudicar. La relación del ministro Guillermo Reyes con el director Sergio París no es buena y hay otras denuncias por cosas extrañas. ¿Es cierto que hay un alto funcionario de la Aerocivil que se reúne con contratistas y posa junto a Mercedes-Benz de $600 millones?
Ahora, hablemos de su ministra de Salud. Luego de interminables reuniones a las que asiste con los exdueños de Medimas, la ministra decidió enviar a los jefes de los partidos el mismo documento de reforma sin las modificaciones acordadas. Y luego de su error, volviendo a sus años de activismo, eligió responsabilizar a los medios. Señor Presidente, la democracia se construye con diálogo, acuerdos, deliberación y dialéctica. Pero para eso se necesita un gabinete preparado, que esté dispuesto a la moderación, y que tenga capacidad sobre sus sectores. Es muy bonito que usted haya dispuesto su avión presidencial para ayudar a los pasajeros abandonados a su suerte. Pero sería mejor que ordenara el Gobierno para que las respuestas sean de fondo y no simbólicas. Y para que el país no se le salga de las manos.