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No podía creer los intentos de bloqueos esta semana en Puerto Rellena donde tuvo que intervenir el Esmad para reestablecer la movilidad. Y lo digo porque ya el Domingo pasado, El País, el principal diario escrito de la ciudad, había revelado que “Durante el primer semestre del año, el PIB de la región habría decrecido 1,0%, mientras que el de Colombia repuntó 8,8%”. ¿La causa? Sin duda el paro violento, bloqueador, y vandálico. ¿Porque estoy tan seguro? Porque esto se dio como consecuencia de la actividad del segundo trimestre (que cubre el paro salvo dos días de abril), donde según el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imae), la economía del departamento decreció 3.8%, mientras la economía nacional daba un gran rebote al 17.6%.
Esteban Piedrahita citaba en un reciente tweet un gráfico que mostraba como el Valle, después de liderar a nivel nacional la recuperación del empleo formal, y según el índice de trabajadores afiliados a cajas de compensación familiar, era el único que se desplomaba desde marzo de este año entre los grandes departamentos. Y si nos focalizamos en el empleo en Cali, el panorama no podría ser más desgarrador ya que la ciudad ganó medalla de bronce con una cifra de desempleo a Julio de 20,2%, solo superada por Cúcuta y Florencia. Lo que nos lleva a la realidad que el palo no está para cucharas y los bloqueos simplemente no pueden volver a permitirse. ¿Alcalde Jorge Iván Ospina… está escuchando?
Ahora bien, el Valle del Cauca arrastra retos importantes desde antes de la pandemia. Sorprendentemente para un departamento costero y con puerto, se exporta muy poco… solo 5,8% de su Producto Interno Bruto según la Dian. El Atlántico exporta el 9.4% y Antioquia, que es costera pero sin puerto de dimensiones, alcanza el 9.3%.
El caso de Cali es más dramático aun porque sus pequeñas y medianas empresas concentran sus ventas, según encuesta de Anif, en el mismo municipio (50% para la industria, 65% para el comercio, y 68% para el sector servicios). O sea, quienes más crean empleo en la urbe, no explotan realmente el resto del departamento, menos el resto del país, y ni hablar de los mercados internacionales. También reportaba el Banco Mundial que prepandemia 2019, también Cali se llevaba la medalla de bronce en la dificultad para hacer negocios al estar en el puesto 30 de 32 capitales. Pero ese indicador era el que mas lastre daba, ya que otros indicadores claves mostraban posiciones mucho mejores.
Con esto quiero afirmar que un departamento y una capital clave para el país debe mirar y trabajar hacia adelante. Y lo está haciendo, a juzgar por decenas de miles millones de pesos movilizados por el sector privado a través de “Compromiso Valle”, donde en pocos meses se han desarrollado y puesto en marcha cientos de programas en seguridad alimentaria, la transformación de proyectos de vida, la empleabilidad de población joven, así como su formación en liderazgo. Y nos llegan mas noticias positivas que indican que se ha doblado la página.
El numero de personas ocupadas en Cali y su área metropolitana, las ventas de vivienda, el comercio, la producción industrial, y las cifras de economía naranja, muestran una gran recuperación, que ya se siente cuando se recorre la ciudad. Es decir, las “joyitas” del paro si causaron estragos en la economía y en el empleo de la ciudad. Pero, aun así, la resiliencia de sus empresarios y el empuje de sus habitantes, la pusieron a crecer otra vez. Para que vengan otra vez con sus majaderías. ¡Faltaba más!