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Analistas 19/05/2021

Cuentas de crecimiento

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

Entre la tragedia de la pandemia, que está en su tercer y más mortífero pico, y el paro nacional, desbocado en vandalismo, desmanes, y parálisis, todos parecen haber olvidado lo único que realmente nos puede sacar de este atolladero. Y no, no hablo de un elusivo y utópico acuerdo nacional. Hablo del crecimiento de nuestra economía, a la que estamos asfixiando de manera brutal e irresponsable, pagando un alto costo en el presente, pero mas aun en el futuro próximo.

El Gobierno, hasta el mes pasado, mantenía su estimativo de crecimiento para este año en al menos 5%, muy alineado con los últimos pronósticos tanto del Fondo Monetario Internacional como del Banco Mundial. El problema es que estos pronunciamientos se dieron antes del paro nacional y sus desastrosas consecuencias. El Dane, por su parte, acaba de revelar la cifra de crecimiento del primer trimestre: 1,1% real. Es una gran noticia, ya que deja atrás tres trimestres seguidos de recesión, pero también quiere decir que, para llegar a la meta propuesta, el promedio real de cada uno de los próximos tres trimestres tiene que estar en 6,3%. Y si asumimos que en el segundo trimestre se evidenciará el golpe del paro, tanto a la producción como al consumo de bienes y servicios, mucho me temo que los números del segundo semestre tendrían entonces que superar los dos dígitos. ¿Alcanzable? Puede ser, pero esto es si la crisis de orden público se normaliza pronto.

En un momento tan delicado de nuestra historia, con el país asimilando el impacto de la pandemia, con tantas demandas de apoyo del estado por parte de tantos sectores, y con unas finanzas publicas mermadas notablemente, ¿cómo es que los actores de la actual coyuntura no pueden visualizar que el crecimiento es el único vector que podría aliviar las cargas para todos y mostrarnos una luz al final del túnel? ¿Cómo no se dan cuenta que solo creciendo podremos generar mas empleos, reactivar nuestro aparato productivo, reestablecer la salud fiscal del estado, y generar confianza?
Y claramente no se está captando porque el Gobierno por omisión, y los convocantes al paro y los parásitos de todas sus marchas, los vándalos y bandidos, por acción, están haciendo hasta lo imposible por hundirnos de nuevo. Ahora bien, entiendo, pero no comparto, la extremada prudencia y reticencia del Gobierno para autorizar que la fuerza pública levante ya, con todos los protocolos, pero con toda la contundencia, los bloqueos que ahogan el flujo vital del comercio. Lo que no entiendo en absoluto es a los convocantes al paro, que claman por apoyos, así sean exagerados, pero que ellos mismos se están asegurando de que no se puedan dar, simplemente porque han logrado, queriéndolo o no, generar zozobra en los mercados y paralizar a la tercera región mas próspera del país que es el Suroccidente colombiano. A menos que esa fuera su intención, lo que diría mucho de su compromiso no solo con el país, sino con el empleo que tanto dicen defender.

El hecho es que no tenemos mucho tiempo. Si en efecto llegamos a crecer 5% este año, necesitaríamos crecimientos de 4,4% en el primer semestre de 2022 solo para llegar de nuevo al mismo punto que dejamos terminando el 2019. Es decir…dos años y medio para recuperarnos. Y esto es en términos de PIB real, porque el rezago en empleo seguirá latente y será un reto de marca mayor. El empleo es vida al final del día. Pero si logramos evitar descarrilar el crecimiento, quizás, tal vez quizás, no perdamos el grado de inversión y todo lo que ello implica. De nuevo…si no insistimos en suicidarnos en primavera.

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