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Acaba de celebrarse el 2 de mayo en España, que conmemora el levantamiento de los madrileños contra las tropas napoleónicas, dando inicio a su guerra de independencia. Pude ser testigo de las festivas celebraciones frente al ayuntamiento de la comunidad en plena Puerta del Sol. Vi una ciudad pujante, dinámica y repleta de extranjeros. Entre ellos, muchos latinos por supuesto, pero, sobre todo, europeos y norteamericanos, que han decidido radicarse para vivir y trabajar en la metrópoli. Gustavo Petro también se dio una pasada ayer.
Contrasta esta ebullición con los sombríos titulares de la desaceleración económica de España y los enfrentamientos políticos entre la centro derecha y la derecha, representada por el Partido Popular (PP) y VOX, y la izquierda y la izquierda radical, representado por el Partido Socialista Español (Psoe) y Podemos. En las franjas quedan los partidos regionalistas vascos y catalanes. Todos preparados para unas elecciones nacionales que se deben realizar antes de finalizar este año. Mi vaticinio es que la izquierda perderá el poder y el factor decisivo lo aporta nada menos que Madrid y su milagro económico.
Quien está detrás de ese milagro es Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid, y que recuperó el poder en la capital desde 2019 con una bandera de libertad que la puso a prueba durante el confinamiento de la pandemia, y desde entonces con unos resultados sobresalientes. Su crecimiento ha estado consistentemente por encima de la media nacional, consolidando a la capital como la locomotora de España.
¿Cómo lo ha logrado? Con una carga de impuestos menor, libertad económica, menor burocracia, y apoyo institucional a empresas que inviertan y generen empleos. Nada nuevo…solo formulas probadas que han servido. Políticamente eso sí, la Ayuso no le perdona una ni le teme al gobierno de Pedro Sánchez y sus aliados.
Sánchez por su lado, con su Partido Socialista, que generalmente en Europa son moderados, ha decidido gobernar desde la izquierda con una agenda progre, forzado por su socio Podemos, que le garantiza su gobernabilidad que pende de un hilo. La ciudadanía, sin embargo, ha resentido este brusco giro ideologizado, lo que castiga su popularidad en un crucial momento electoral.
La relación con Colombia en esta situación es importante porque España ha sido vocera no solo de nuestro país, sino de toda Latinoamérica, en la Unión Europea. Otrora fueron los tiempos en que también fue nuestro inversionista número uno, pero sigue siendo un socio comercial muy importante y empresas españolas tienen huella en importantes sectores económicos. No olvidemos también que en el país ibérico viven no menos de 700.000 compatriotas, notándose un gran aumento desde el año pasado. Pero con la ola de izquierda gobernando en nuestro continente, se necesita un contrapeso en Europa para equilibrar la balanza. Imagino que las relaciones de Petro con un PP gobernante y apoyado por VOX, serían a otro tenor.
Por último, la experiencia de Madrid muestra que, tanto a nivel político como económico, las regiones pueden confrontar y moderar las tendencias más extremas de los ejecutivos nacionales. Y con el poder regional y buenos resultados, adquieren plataforma para aspirar al poder nacional. Algo que debemos tener en cuenta en Colombia en las elecciones venideras de alcaldes y gobernadores, si queremos poner freno a la tendencia cada vez más autoritaria de Gustavo Petro.